jueves, 30 de noviembre de 2017

HE AIN'T HEAVY, HE'S MY BROTHER

   


En un concierto de AC/DC tienes dos opciones: Ir y flipar con Angus o ir y flipar con Malcom.


Esta frase se la leí al guitarrista rítmico de una banda española hace tiempo, aunque él se la atribuía a otro músico extranjero que ahora no recuerdo. No creo que a Malcolm se le haya negado su tremendo protagonismo dentro de la banda australiana, lo que sí me parece es que este se ha hecho mucho más público y notorio(siempre reconociendo que la estrella de la banda ha sido y es Angus) tras su fallecimiento, cosa normal, por otra parte. Otra cosa que creo que todos los homenajes que el bueno de Malcolm reciba son pocos, así que aquí va el mío.

Siempre he dudado sobre cuál es mi disco favorito de AC/DC, musicalmente me debato en una dura lucha entre Dirty deeds done dirt cheap y Back in black, pero a nivel emocional me decanto sin duda por Blow up your video, el primer álbum suyo que escuché y que creo más oportuno para esta ocasión.

Blow up your video apareció en enero de 1988, y recuerdo haber oído por primera vez «Heatseeker» no mucho después, cuando paseaba por la frontera entre los once y los doce años, de ahí pasé a preguntar a mi primo y conseguir una cinta con ese disco grabado en una cara(ni pajolera de qué habría en la otra). Recuerdo que el inicio con esos dos trallazos, la anteriormente citada «Heatseeker» y «That's the way I wanna rock & roll» me pareció brutal. Al enterarme de la muerte de Malcolm decidí ignorar aquello de Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, y la revisión no ha sido para nada decepcionante; encontré un álbum que, más allá de esas dos primeras canciones-y singles- de este undécimo trabajo de estudio, hay mucha vida. Los temas menos conocidos son AC/DC en puro estado, los riffs, esos ritmos trepidantes y contundentes y la aguardentosa y picarona voz de Brian Johnson entonando sus festivas y lujuriosas letras (primera y única vez que Johnson escribe todas las letras del disco) y pariendo temas como la cabaretera «Mean streak», mi favorita «Kissin' dynamite», la macarra «Ruck stuff» o «Two's up», con cierto regusto a heavy ochentero. Todo esto sin desmerecer a «Go zone», «Nick of time», «Some sin for nuthin'» o el boogie salvaje de «This means war», todas ellas muy buenas canciones, óptimas para no saturarse de los temas más conocidos de AC/DC y para homenajear a un Malcolm Young al que sólo queda desear que la tierra le sea leve.

AC/DC-Blow up your video (Spotify)


martes, 21 de noviembre de 2017

¿MODERACIÓN? NO, GRACIAS



Otra banda proveniente de la nueva escena rockera de Los Ángeles. Si en ediciones anteriores ya prestamos atención a grupos procedentes de la gran naranja como Dr. Boogie, Dirty eyes o Modern Kicks, hoy les llega el turno a Black Mambas, cuatro individuos que facturan un punk rotundo y crujiente pero no exento de buenas melodías; ecos de sus vecinos The Joneses se mezclan con ramalazos de The Boys o Buzzcocks para facturar un álbum (Moderation) con ocho canciones salpicadas de urgencia y del olor a Jack Daniel's, cerveza, cuero y sudor, propio de los clubes donde se facturan grandes actuaciones en directo, porque escuchando el disco no es difícil imaginar en estos temas a una banda sobre el escenario derrochando vatios y actitud, aparte de trallazos como «Lusty lady», «End game» o la delirante e incendiaria «Rico amor»,por poner tres ejemplos.
Irónicos estos californianos titulando Moderation a un disco que es exactamente lo contrario, un ejercicio de excesividad y abuso de electricidad y aceleración punk.

Black Mambas - Moderation (Deezer)

viernes, 10 de noviembre de 2017

EL NIÑO SALVAJE QUE UN DÍA CRECIÓ



Tyler Bryant es, seguramente, el último guitar hero surgido de la inagotable cantera norteamericana. Oriundo de Texas y descubierto en Nashville, este muchacho ha ido quemando etapas a una velocidad pasmosa y ahora se enfrenta a su segundo LP, un disco (llamado como la banda, Tyler Bryant & The Shakedown) que no me ha acabado de convencer. Ojo, con esto no digo que el disco sea malo, es un buen trabajo de blues rock muy americano con un excelente Tyler a las guitarras, pero, tanto en producción como en ejecución, no dista mucho de un disco de Joe Bonamassa, técnicamente impecable pero poco dado a transmitir, y eso estará bien para el bueno de Joe, pero para un chaval de veintiséis años queda un poco chusco; sobre todo porque Tyler Bryant no siempre ha hecho las cosas así.

Antes del mecenazgo de John Varvatos, de los anuncios de Fender, de telonear a Aerosmith, Guns N' Roses o AC/DC y años antes de este nuevo disco, tras un par de EP's  en los que fue puliendo su estilo, Tyler lanzó un primer LP titulado Wild child que plasmaba muy bien el ímpetu joven de un talentoso guitarrista lanzado en pos de su sueño de ser una estrella del rock. Wild Child, en mi modesta opinión, sólo tiene un error, y es que «Good life», una magnífica canción incluida en su anterior grabación breve, From the sandcastle, por lo demás es un estupendo disco donde el blues y el rock americano (sobre todo sureño) se dan la mano pero, a diferencia de su predecesor, lo hacen de una forma mucho más enérgica y urgente y con una producción bastante menos esmerada, así todo resulta mucho menos espontáneo y el oyente puede percibir la sombra de un Tom Petty (su reconocido ídolo) barbilampiño en temas como «Fool's gold», «Still young» o «Lipstick wonder woman», acompañados por la esencia de raíces de «Downtown tonight», «House that Jack built» o «Say a prayer», y así durante todos los cortes de un LP que cuando lo escucho y lo comparo me trae a la memoria la frase de aquella tonada de Los Enemigos:
«¿Por qué has tenido que crecer? ¡Maldita la hora!»

Tyler Bryant & The Shakedown-Wild child (Deezer)