martes, 21 de marzo de 2017

¡¡¡CHUCK BERRY, CARAJO!!!



Si tienes una guitarra y quieres tocar los riffs de AC/DC, Rolling Stones, Black Sabbath, Iron Maiden, Guns N' Roses... pero no sabes quién es Chuck Berry, entonces no eres un guitarrista, eres un imbécil.
Angus Young

Estas sabias palabras pronunciadas por el líder de la banda australiana son una buena definición para todo aquello que Chuck Berry significó para el mundo de la música. Es sabida la pasión que Angus sentía por el de Saint Louis, llegando incluso a tomar prestado su famosísimo «paso de la oca», también es públicamente notorio que Keith Richards, el riff humano, siempre ha señalado a Berry como gran maestro, pero la influencia de Chuck llegaba mucho más allá. Ningún artista o grupo cuya música haya estado orientada a la guitarra eléctrica puede negar el pan y la sal a Berry, da igual que le des al heavy metal como Tony Iommi o Adrian Smith, practiques el punk como Steve Jones o Mike Ness, seas un icono mod como Paull Weller, hayas tocado en formaciones de pop independiente como Johnny Marr de The Smiths o le dieras al rock gótico como Adam Pearson, todos ellos han tenido a Chuck Berry como icono, pero la grandeza del recientemente fallecido guitar hero va mucho más allá.

Charles Edward Anderson Berry era, en muchos sentidos, el intérprete más completo de su generación, tenía, en mayor o menor medida, el carisma de Elvis, la actitud de Jerry Lee Lewis, el aura peligrosa de Johnny Cash y la espectacularidad de Little Richard; a eso debemos sumarle su particularísimo sonido y su forma de tocar y tenemos a un intérprete casi perfecto, y aún hay otra faceta que hizo a Chuck muy grande, quizá menos destacada por público y prensa. Chuck Berry pensaba en la canción como un todo en la que la letra era una parte tan importante como la música, importaba qué y cómo se contaba, el autor de «Johnny B. Goode» no era, obviamente, un letrista de vocación literaria como Bob Dylan, lo suyo estaba mucho más próximo a la juglaría, pero siempre trató de conferir a las historias narradas en sus composiciones una coherencia, una vida y, en muchas ocasiones, una fina ironía y sentido del humor, y esto lo han reconocido a lo largo de los años gente como Frank Zappa, Bruce Springsteen o Tom Petty.

Cuando corrían las primeras horas del sábado 19 de marzo y el alcohol y el rock comenzaban a adueñarse de la noche nos vimos sorprendidos por la triste noticia del fallecimiento de Chuck Berry, una paradoja digna de sus canciones que en los primeros albores del Día del Padre nos quedáramos sin el patriarca de una forma de vida que nos ha cautivado a tantos. 
Que la tierra te sea leve, Chuck. Gracias por tanto.

sábado, 18 de marzo de 2017

LABIOS SELLADOS CON ROCK & ROLL



Imaginad la historia de un chico inglés que crece sin conocer a su padre biológico, con el tiempo el chico se acaba aficionando al rocanrol y decide dedicarse a la música. En 2004 nuestro protagonista viaja a Sevilla para conocer a su abuela paterna y acaba descubriendo que su padre es ni más ni menos que el mítico Silvio, genial cantante de rock oriundo de la provincia sevillana.
Esta historia tan cinematográfica tiene una segunda parte, Sammy Taylor, nombre del hijo de Silvio, conoce en la capital andaluza a los guitarristas Charlie Cepeda, colaborador entre otros de Jackson Browne y Santiago Auserón, entre otros, y productor de Kiko Veneno, y Álvaro Suite, conocido principalmente por su trabajo con Bunbury, y deciden formar una banda a la que bautizarán con el nombre de Los Labios, que podría sonar a homenaje a los Rolling Stones, aunque la propia banda lo ha desmentido.

Tras el lanzamiento de un primer EP y dar múltiples conciertos en el territorio español y en el extranjero, que han servido para mostrar al mundo la solidez y buen hacer del grupo y el carisma y la enorme capacidad de Sammy para ejercer de frontman, la banda sevillana, ya sin Álvaro en sus filas, acaba de lanzar Birthday, su primer larga duración, un disco de auténtico rock & roll que destila influencias clásicas como las de los Stones en los trallazos «She don't come anymore» y «You look like you need a man», Bowie en «Cruella», los Doors en «The secret of love» o T.Rex en «Saturday night», ejemplos de  un disco en el que las diez canciones son grandes temas de rock & roll con tintes hard, matices glam y toques blues acompañados de la competencia y la actitud de una banda a la que auguro un espléndido futuro en el que Sammy se irá acercando a la figura de ese padre al que nunca conoció pero del que parece haber heredado un gran talento.

Los Labios - Birthday (Deezer)

sábado, 11 de marzo de 2017

ALBUM



El mundo del rock siempre ha sido machista, las grandes estrellas siempre han sido hombres y el hecho de que una banda estuviese formada en parte o íntegramente por féminas propiciaba que muchas veces se dejase su música a un lado para destacar su género de manera a veces rayana en la estigmatización, cuando no se caía en la infame treta de juzgar a esas artistas por su aspecto, cosas que gente como Keith Richards, Lemmy o Ringo Starr jamás han tenido que soportar.
Digo esto porque ese machismo, a mi modesto parecer, es lo que ha privado a nuestra protagonista de hoy de tener un status aún mayor dentro del mundillo, cierto es que no hablamos precisamente de alguien que nunca haya salido del underground, pero Joan Jett (ya sea en solitario o en su etapa con The Runaways)  tiene canciones, discos y actitud suficiente para comer en la misma mesa que Kiss, Aerosmith o los Sex Pistols y por encima de artistas con más reconocimiento que ella como, por ejemplo, Bon Jovi.

Mi disco favorito de la de Filadelfia es Album, quizá no sea su mejor trabajo, no contiene ninguno de los hit singles que llegaron a convertirse en himnos guitarreros, pero sí me parece el LP más crudo, más sincero y más urgente. Desde el inicio con la cañera «Fake friends» hasta el final con la cadencia rockera de «Niteime», Album es una vorágine de vatios en la que temas como «Handyman», «The french song», «I love playing with fire» o «Had enough», por citar sólo algunas, son una invitación a subir el volumen, saltar y bailar al son de la voz rasgada de Joan. Mención aparte merecen las dos versiones del disco, un más que eficiente cover de  «Everyday people», de Sly & the family Stone y una feroz revisión de «Star, star (Starfucker)» de los Stones en la queunamás que convincente interpretación te hace pensar que quizá ella también tuvo una novia a la que Ali McGraw pilló chupándosela a Steve McQueen.

Un tremendo discazo que no alcanzó la notoriedad que debiera, quizá  por culpa de esta maldita sociedad, obsesionada en disgregar según tengas vagina o pene.

Joan Jett - Album