jueves, 31 de mayo de 2018
RETO, CHAMPÚ O GASOLINA
Reto Burrell es un vocalista y guitarrista destetado en la mejor tradición del rock americano. Su música te puede recordar por momentos a gente como John Cougar Mellencamp, Willie Nile, Springsteen, el Ryan Adams más rockero y, sobre todo, a Tom Petty; esto no debería resultar sorprendente en un chico procedente de Iowa, Manassas o Baton Rouge, pero el caso es que Reto es suizo, de Lucerna más concretamente. Este hecho tampoco debería resultar tan extraño, ya en una entrada anterior comenté que en Europa están proliferando las bandas con gusto por practicar rock de raíces y que hay quien lo hace realmente bien, pero la autenticidad que transmite Reto es digna de comentar, y, todo sea dicho de paso, con músicos y estudio de su país de origen, sin largarse a grabar a Nashville a que ejecutantes con el culo pelado te aporten matices country rock con su steel guitar, cosa que sí han hecho algunos artistas españoles con resultados por los que prefiero pasar de puntillas.
Burrell ha lanzado en este 2018 Shampoo or gasoline, su décimo disco, y el resultado, a mi modesto entender, es inmejorable, te encuentras temas temas crudos y guitarreros como el que da título al álbum, el single «On top of the moon», la springsteeniana «She says she's american», «Rising to the bait» o «Shout it out», acompañados de canciones con inspiración más country-folk y acústica (no por ello carentes de intensidad) tales como «Blind», «Where is Robin Hood?», «Tell me why?» o la emotiva «Leaving scars behind». En definitiva, un compendio de buena y contundente música de tradición estadounidense con historias de carretera, encuentros casuales, vacíos y ausencias que te hará pensar que Suiza no es todo paraíso fiscal con relojes, queso y chocolate. Al menos él.
Reto Burrell - Shampoo or gasoline (Deezer)
viernes, 25 de mayo de 2018
PERRO LADRANDO EN INGLÉS
La separación de Diamond Dogs me dolió mucho, lo reconozco, los suecos eran una de las bandas de mi vida, tengo todos sus CD's y los he visto en directo cada vez que han pasado por Gijón, y no han sido pocas. Lo cierto es que, una vez pasado el duelo, lo entendí todo mucho mejor, tras la muerte de Magic Gunnarsson la banda quedaba en manos de Sulo y, en menor medida, del teclista Henry Duke of honk Widen, los demás eran miembros perfectamente prescindibles como lo habían sido, no sin alguna objeción, sus antecesores, como el vocalista y su compañero andaban envueltos en otros proyectos, estaba claro que Diamond Dogs era un pasado al que no les apetecía aferrarse, y tal vez esa fuera la decisión más justa y sincera, pero, al menos a mí me pasa, se tiende a ser irracional con aquello que se ama y un mundo sin Diamond Dogs me parecía un mundo (aún más) de mierda.
Sulo continuó con su carrera en solitariuo y también unido a The Crunch!, un grupo con insignes componentes como Dave Tregunna, de Sham 69, o Terry Chimes, de The Clash, y que practicaba un rock con efluvios del punk del '77 y ciertos toques rocksteady, reggae y new wave. Yo creía que, si quedaba algo de la energía de los perros diamante, tendríamos que esperar a que Widen se decidiera a grabar algo, pero, para mi sorpresa y alborozo, estaba equivocado.
El año pasado Sulo lanzó un nuevo LP en solitario, Full english, en el que decía haber dado rienda suelta a sus principales influencias, que eran grupos británicos en su mayoría, y no le falta razón, la influencia de Faces, Stones, Mott the Hopple y los guiños glam a Bowie y T. Rex es notable y evidente, pero realmente este es un disco de Diamond Dogs, no es como los anteriores LP's en solitario de Sulo, con el de Katrineholm dando cancha a sus facetas más pop y folk y jugando a ser Rod Stewart. Aquí se pone toda la carne en el asador, canta con su voz etílica y libidinosa de los buenos tiempos entre grandes riffs y se pasea con absoluta categoría y soltura entre el rock & roll, blues, boogie y country. El único mínimo pero que le podríamos poner es la falta de un saxofón en ciertos temas, pero es perfectamente comprensible, la sombra de Mats Gunnarsson sigue siendo muy alargada. Para colmo, el disco se compone de una parte de bonus tracks que incluyen dos temas con la colaboración de Billy Bremner (el guitarrista de Rock pile, no el difunto capitán del Leeds United), otro con Robert Wyatt y los covers de «Roxette», de Dr. Feelgood y contando con Wilko Johnson, «Borstal breakout» de Sham 69 (con su amigo Tregunna al bajo), «Roses and rings», de The Quireboys, un emocionante, sensible y tabernario dueto con Spike, vocalista de los de Newcastle y «Teenage depression» de Eddie & The Hot Rods, en el que interviene Dave Higgins, guitarrista original de la banda.
Hoy no voy a destacar ninguna canción por encima de otra porque no puedo ser objetivo con este disco, me parece una jodida maravilla desde la primera a la última nota y me retrotrae a la época en la que aún existía una banda que fue mucho más que un grupo de rock para mí.
Sulo - Full english (Deezer)
viernes, 18 de mayo de 2018
PELIGRO TROPICAL
Hard rock...
Con estas dos palabras se podría sintetizar perfectamente Tropical hazard, el nuevo disco, cuarto ya, de este quinteto australiano firmemente enraizado en la influencia de AC/DC o Rose Tattoo y sonando mucho más frescos que The Answer o Airbourne. Guitarras abrasivas, unos coros potentes a la par que melódicos, sobre todo en los medios tiempos «Young modern lightning» y «Somebody's daughter», y canciones entusiastas, ideales para combinar con vuestro vicio favorito. Muy a destacar el single, «Nothin' but trouble», «Little Miss crazy» o el encore final de «Take back the town».
¡¡¡Abrazad el Lazyismo, infieles!!!
The lazys - Tropical hazard
jueves, 10 de mayo de 2018
LET'S GO
Sería muy sencillo destrozar este disco, sería fácil y, a primera vista, podría no parecer injusto. Se trataría sólo de estar todo el texto aludiendo al gran parecido, físico, vocal y musical, de la líder de este proyecto Gabi Bam Bam (apodada así por su pertenencia al combo punk de Arlington, The Bam Bams) con Joan Jett, a partir de ahí podría pasarme todo el rato aludiendo a la falta de originalidad del proyecto hasta que me quedara a gusto; pero ni debo ni quiero hacerlo, porque estaría dando una imagen sesgada y parcial de esta grabación.
Para empezar, cierto que la similitud con Joan Jett está ahí, también se aprecia cierta influencia de Suzi Quatro, ¿y qué? ¿Acaso Airbourne o Rhino Bucket no son sino clones modernizados de AC/DC? ¿Cuántas bandas prácticamente plagian a Ramones o Rolling Stones? ¿No es palpable la deuda de Diamond Dogs o Jetbone con The Faces? ¿Y todos esos songwriters americanos que no son sino intentos de Dylan y Springsteen? ¿Y las bandas de southern rock que no se despegan lo más mínimo de los cánones impuestos por Lynyrd Skynyrd o The Allman Brothers Band? ¿Son The Strokes, The Vines o The Hives prodigios de originalidad? Pues eso, juzgar a BBQT por la primera impresión que produce su líder sería sibilino porque Gabi no rinde tributo a sus principales influencias más que otros grupos y, de hecho, en Let's go también se percibe la presencia de bandas como T.Rex o Bay City Rollers, pero resultaría más fácil atribuir a una banda liderada por una chica influencias sólo de artistas femeninas, después de todo, es lo que se suele hacer en estos casos, el rock sigue siendo un espacio ampliamente liderado por hombres y para hombres, y así nos luce el pelo.
Existe una razón aún más importante para ponderar este LP en su justa medida es que está lleno de energía festiva y canciones que en una época más feliz que esta hubieran sonado en la radio y en los clubes nocturnos; temas como «Golden twenty», «Flatline luv», la instrumental «Tuff n' Up», «Jade & Jasper» o «Play rock & roll» son una delirante mezcla de guitarras, una sección rítmica muy movida y efectos como las palmas o el boot stomping, en definitiva, tremendo glam rock que nos demuestra que no se debe juzgar un disco por la portada.
BBQT- Let's go (Deezer)
viernes, 4 de mayo de 2018
LA RAMA MÁS FUERTE DEL ÁRBOL FAMILIAR
En este siglo XXI el rock sureño ha adquirido una relevancia inusitada. Ojo, me refiero al verdadero rock, no a esos pseudo indies barbudos con camisa vaquera que tocan cancioncillas pastosas con cierto deje country folk y que quedan muy bien en tiendas de estas que venden tarros para la bebida que pretenden imitar los frascos reciclados en los que se bebían los licores caseros en la América profunda (ays, el mundo supuestamente moderno). Hecha esta puntualización, he de decir que resulta sorprendente que un estilo tan enraizado en una determinada localización y con unos patrones tan particulares se haya globalizado tanto y tengamos a bandas italianas, francesas, españolas o suizas practicando esta vertiente rockera con un nivel de autenticidad y calidad muy alto. Pese a esto, yo creo que la mejor banda actual encuadrada en esta corriente es Black Stone Cherry, y su último disco así me lo confirma.
Los oriundos de Kentucky no han hecho nada rupturista en su nueva grabación, la receta es la misma de siempre y la misma que utilizan otros combos semejantes, pero los cócteles saben mejor si los agitan ellos, de ahí el nivel de temas como «Bad habit», «Burnin'» (el disco arranca con contundencia), la espiritual y melancólica «My last breathe», «Dancin' in the rain», que cuenta con la guitarra y la voz del gran Warren Haynes, el animado homenaje de «James Brown», «You got the blues» o «Get me over you», que conforman un disco más que bueno, una mezcla de hard, southern y blues estupenda para escuchar en días en los que luce el sol y la promesa de una noche de alcohol y risas con los amigos dibuja una sonrisa en tu cara.
Black Stone Cherry - Family tree (Deezer)
martes, 1 de mayo de 2018
THE LOCKHEARTS
Aquí tenemos a cuatro gamberros provenientes de Nueva Gales del Sur, Australia, que acaban de publicar un larga duración llamado Americana doom fuzz, expresión que también usan para definir su sonido, lo cual no deja de ser una boutade. Lo de Americana se podría aceptar, aunque más bien lo que hacen es un southern rock con toques de blues, lo de Doom se referirá a ciertos pasajes que pueden sonar más oscuros, pero son pocos y no pasan de recordar a los Black Sabbath primigenios, y lo del fuzz lo mismo, su presencia es testimonial. Lo que sí hay que destacar son sus canciones, temas profundos como la inicial «Leatherface», el medio tiempo típicamente yanqui «Little Eden», el country acústico de «London Bound» (semiacústico en el caso de «If I was tour man»), el hard crudo y de raíces de «Call for help», «Goddam pretty» y «Ride home», mi favorita, temas más cercanos al nuevo Nashville sound, ampuloso y con sensibilidad pop de «The ocean» y «Polaroids», cercanas a bandas como The Glorious Sons o The Wild Feathers y el final lento y bluesero de «Spectre at The Feast» con el encore marchoso de «Xanax». En definitiva, que es muy posible que el álbum de sonidos norteamericanos del año lo hayan hecho unos tipos australianos. Para que hablen de globalización.
The Lockhearts - Americana doom fuzz
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