viernes, 21 de septiembre de 2018

LA SENDA DEL PERDEDOR



Dicen que dos cosas que suelen marcar a las personas son su lugar de procedencia y la gente con la que se juntan. En el caso de Matty James Cassidy, ambas premisas son ciertas; por una parte, en sus discos se adivina esa frialdad y tristeza ruda y un tanto sórdida que emana de Irlanda del Norte. Por otra, nuestro protagonista de hoy actualmente ocupa el puesto de bajista en la nueva formación de Dogs D'amour y el líder de la banda, el ínclito y entrañable Tyla J. Pallas, colabora cantando a dúo el tema que da título a este debut de Casssidy en solitario (anteriormente había grabado con su banda Philty Angels). Partiendo de ahí no es muy difícil entender la obra de este rockero, romántico a la par que estiloso.

Last one to die vio la luz en 2014 y en él hay mucho de rock y folk puramente tabernario y de la poética nihilista y derrotada que ha exhibido su mentor; las canciones, ya sean más furiosas y eléctricas, como «Up in smoke», «Same old me (brand new you)» o «Better days», o acústicas y relajadas, como «Don't turn your light out on me», «Never learn», «Another night» o «This one's for», constituyen un compendio de reflexiones sobre la condición del perdedor, sobre las mentiras, los sueños rotos, el abandono, personajes cuya única esperanza asoma al abrir la puerta de un bar o sobre ese resquemor interno que picotea en tu interior como un polluelo hambriento que sólo se calma al sentir la quemazón del alcohol bajando por el esófago cual lava abandonando un volcán.

Decía Víctor Hugo que «La melancolía es la felicidad de estar triste», dos siglos después, y de una forma más canalla, Matty James le da la razón.

Matty James - Last One To Die (Deezer)


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