viernes, 24 de julio de 2015
ROBERT PEHRSSON'S HUMBUCKER
El guitarrista Robert Pehrsson es un inevitable de la escena rock sueca, uno de esos músicos que colaboran en varios de los proyectos principales de la música orientada a guitarras en el país de los premios Nobel, algo, por otra parte, lógico, las bandas suecas son muy heterogéneas en lo que a formación se refiere y un músico puede estar hoy grabando con Imperial State Electric, mañana de gira con los Diamond Dogs y pasado formando parte del nuevo proyecto de Nicke Andersson, Robert Dahlquist o Dregen.
Pehrsson comenzó su andadura musical a finales de los ochenta siendo casi un adolescente en bandas más cercanas al thrash y el death metal pero, con el pasar del tiempo, se fue acercando más al high energy rock n' roll y al hard rock cercano al punk que practicaban bandas punteras en Escandinavia como Hellacopters, Backyard Babies o Union Carbide Productions.
Tras sus vivencias en Imperial State Electric, Thunder Express y Dündertäget, bandas surgidas de la separación de Hellacopters, Robert se decidió a formar su propia banda, llamada Robert Pehrsson's Humbucker,con la que lanzó un disco homónimo en 2013.
En este trabajo de Robert Pehrsson las guitarras son las que mandan, faltaría plus, aunque el rubio melenudo se ha alejado bastante del sonido imperante en su país natal para asumir un sonido más clásico e inspirado en el hard rock británico de finales de los setenta y principio de los ochenta, situando a Thin Lizzy como banda referencia, así lo atestiguan temas como "Haunt My Mind", "Serious" o "Running For Shelter", pero no es la única diferencia perceptible, otros grandes de la época en Gran Bretaña como Wild Horses, los primigenios Def Leppard o los Whitesnake en los que Bennie Marsden hacía diabluras con la guitarra salen a la luz en canciones como "Keep Me In Your Heart","Wasted Time", "Can´t Change" (con un inicio que nos trae recuerdos de Cream) o "Falling Into Darkness", incluso las canciones más duras como "Mesmerizing Shadows" o "Who Else Is In Your Mind" contienen ecos de las bandas pioneras de lo que se dio en llamar New Wave Of British Heavy Metal, es decir, de los inicios de Iron Maiden, Diamond Head o los mismísimos Judas Priest.
Para alguien como yo, que considera que esas bandas que aspiran a dominar el rock actual son, en buen número, una patraña, alguien que tiene a Muse conceptuados como una versión modernilla y muy fallida de Queen, aparte de ser un coñazo notable, es grato de vez en cuando escuchar discos como este, que exudan buen gusto y heroísmo guitarrero por los cuatro costados.
Robert Pehrsson's Humbucker
miércoles, 15 de julio de 2015
GUITARRAS ARDIENDO MÁS ALLÁ DEL SAVOY
Cuenta la leyenda que algunos de los legendarios bluesmen que, allá por los felices años veinte, acometieron una nueva forma de tocar la guitarra y de enfocar el blues que sirvió como catalizador de una evolución que acabaría en el nacimiento del rock & roll habían hecho un pacto con el diablo. La mecánica era muy fácil, uno solo tenía que plantarse en un cruce de caminos a la medianoche e ir acompañado de una guitarra, al poco tiempo aparecería caminando por allí un hombre negro enorme al que debías cederle el instrumento, el tipo te lo afinaba y ya te habías convertido en un virtuoso bluesero y vivirías una vida de música y desenfreno hasta que Luzbel pasara algún día a recoger tu alma (en el caso de Robert Johnson y alguno de sus coetáneos aquello ocurrió más pronto que tarde).
El sábado pasado, varios minutos después de la medianoche y sin ningún cruce de caminos excesivamente cerca, vimos cómo Adam Bomb afinaba su propia guitarra mejor de lo que podría hacerlo ningún príncipe, rey, archiduque o comandante en jefe de las tinieblas, porque la descarga que ofreció después fue como para llevarse consigo las almas de todos los que nos hallábamos en el Savoy del tirón.
Visiblemente molesto por el retraso con el que tenía que empezar y enfundado en un muy molón traje de leopardo, todo cambió cuando la pantalla del escenario se subió para dar paso a la banda, entonces fue la música quien cobró protagonismo, y lo hizo a base de bien, porque el neoyorquino se marcó un concierto de auténtico guitar hero (o, como él dice, american guitar player puta madre), la Gibson tuneada con infinidad de lucecitas se dejó cada nota que llevaba dentro en los oídos de todos los allí congregados. Perfectamente secundado por Paolo y Fucker en la sección rítmica, Adam Bomb fue desgranando, sin necesidad de pedales ni efecto alguno, sus mejores canciones (aunque algunos echamos de menos "Crazy Mother Fucker"), no faltaron cañonazos como "I Want My Heavy Metal", "Rock SEX City", "Angry Angry", "Rock Like Fuck" o la hilarante "Siete Lonchas", entre otras, tocadas a un volumen bestial y acompañadas por versiones magistrales como "Rock & Roll" y "Black Dog" de Led Zeppelin, "New York, New York" de Sinatra", "Too Much Junkie Bussiness" de Johnny Thunders, "Let There Be Rock" de AC/DC o una demoledora "Rock & Roll All Nite" de KISS.
Ni siquiera el parón de media hora para repostar en la barra consiguió relajar la comunión entre banda y público,que se vio acrecentada con los trucos pirotécnicos del grupo, Adam colocó dos veces una especie de bengala en el clavijero de su guitarra para lanzar un reguero de chispas, le prendió fuego al plato de la batería de Fucker, Paolo hizo de escupefuegos circense y, en un final tan apoteósico como apocalíptico, Bomb hizo arder su guitarra mientras el bajista, con una radial de mano, sacaba chispas por doquier de aquella Les Paul, provocando la catarsis de un público que rejuvenecía varios años al volver a percibir el rock & roll como algo festivo y peligroso a la vez.
Tras el concierto tuvimos tiempo para compartir fotos y tabaco con el grupo y después nos fuimos con los oídos tocados por el tremendo sonido y pensando en que habíamos visto algo que muchos no creerían pero que, al contrario de las naves en Orión o los rayos C en la puerta de Tannhäuser, no se borraría como lágrimas en la lluvia.
Al menos este humilde blog no iba a permitirlo.
Foto: Carlos Ayarza
viernes, 10 de julio de 2015
ADAM BOMB: ROCKING HARD HERO
Siempre he considerado a Adam Bomb como un miembro de lo que yo suelo llamar "la clase obrera del rock", gente como Steve Conte, Sonny Vincent, Stevie Klasson, Kevin K o Jeff Dahl, músicos que se han codeado con la élite, han tocado y grabado con ellos, les han teloneado o han mantenido relaciones de amistad pero algún factor, ya sea la suerte, la falta de oportunismo o la negativa a plegarse a según qué condiciones, les ha privado de entrar en el Olimpo del éxito masivo, lo cual uno no sabe si es bueno o malo, porque esa falta de reconocimiento popular ha sido paliada con grandes conciertos y discos de alta calidad sin las concesiones del artista mainstream.
Adam Bomb es un tipo que adora su trabajo y le gusta hacerlo cuanto más tiempo, mejor. Sus giras son larguísimas y toca allí donde le llaman, se cruza Europa de cabo a rabo ofreciendo casi un concierto diario y tocando muchas veces en salas indignas de acoger a alguien de su bagaje, pero Adam mantiene una ética de furgoneta, carretera y guitarreos nocturnos encomiable, sobre todo para alguien a quien no le hace falta el dinero y podría tirar de carteles grandilocuentes mencionando todas sus colaboraciones.
Musicalmente la música de Bomb podría describirse de forma simplista como hard rock, a veces mas metálico, otras más sleazy y otras sonando quizá más neoyorquino. Buena prueba de este estilo es su hasta ahora última entrega discográfica "Rock On Rock Hard Rock Animal", toda una demostración de estilo y de fiereza guitarrera desde el inicio furioso y atronador de "Avalanche" hasta la personal revisión de los franceses Trust en la mítica y mil veces versionada "Antisocial" (aquí rebautizada como "Antisocial USA"), pasando, por ejemplo, por la canalla y divertida "Doctor 666", mi favorita del disco, o la melodía con partes acústicas de "One Punch Can Change The Fight". Sería estúpido citar influencias en este disco más allá de los grandes clásicos porque Adam Bomb es tan dueño de estos sonidos como puedan serlo Slash, Mick Mars, Tracii Guns o Tom Keifer.
Dentro de esta última gira Adam Bomb toca mañana en mi ciudad, en un Savoy que espero esté lleno para recibir a esta rock & roll star. Desde luego, yo no faltaré. Os invito a que hagáis lo mismo.
Adam Bomb - Rock On Rock Hard Rock Animal
viernes, 3 de julio de 2015
SICK FITS
Canadá, en lo que a música se refiere, no ha pasado de ser un sucedáneo de los E.E.U.U. Salvo Leonard Cohen, Rush o Neil Young, que no olvidemos que desarrollan gran parte de su carrera en los USA, artistas como Bryan Adams, Michael Bublé, Celine Dion, Shania Twain, Nickelback o Avril Lavigne no han hecho más que repetir patrones creados por sus vecinos de abajo con más o menos acierto según el caso.
Nuestros protagonistas de hoy también son canadienses y tampoco hacen nada que se pueda considerar novedoso pero merecen ser destacados porque practican un estilo que no es precisamente el mayoritario en el país de la Policía Montada y el sirope de arce y porque este disco realmente merece la pena.
Sick Fits son un quinteto proveniente de Ottawa, capital de Canadá, y lo suyo es darle al rock & roll con toques glam y una fuerte influencia del punk y el garage, lo cual se plasma a la perfección en este debut homónimo, producido por Paul Fenton, líder de The Action, banda mod setentera de cierta repercusión, este LP saca a la pista a New York Dolls, Stones, T.Rex, Cramps, Slade, Bowie, Iggy & the Stooges y otros.
La fiesta empieza con "Every Day Is Sunday", una macarrada a lo Dolls con toques de la banda liderada por Marc Bolan y coros femeninos a la que sigue "I Walk Around On My Own", pieza garagera que perfectamente podrían haber firmado The Richmond Sluts o Big Midnight. La memoria del Bowie más canalla se hace patente en "Real Lust", una canción que recuerda horrores al "Queen Bitch" que el duque blanco firmó junto al añorado Lou Reed. La fiereza de "Fruit Of A Beast" nos remite a Iggy y sus Stooges y nos acerca a "Blank Stares", que en su inicio nos acerca al punk rock psicótico y tenebroso de The Cramps hasta que el piano y la voz de Kenny James nos devuelven al territorio Dolls. "Shapes" es un ampuloso pero divertido ejercicio de glam cósmico a lo T.Rex, conjugando guitarras acústicas y eléctricas, a continuación escuchamos "House Boy", heredera directa de la canallesca eléctrica de los insuperables Stones de los setenta, tras este orgasmo sónico llega "New Fashion Kicks", la composición más tranquila del disco, pero ni mucho menos desmerecedora de ser destacada, unas relajantes guitarras de garage sixties acompañadas de teclado Farfisa con James intentando sonar de nuevo a lo Bowie o Bolan. Encaramos la recta final de este poderoso álbum con "Your Selfish Things", de factura punk y unos coros que nos vuelven a remitir a sonidos sesenteros´y el tema elegido para poner la guinda a este trabajo es "Secrets", una canción bastante salvaje con extracto de Radio Birdman, Dolls y un poquito de Sonics que te deja en shock hasta minutos depués de haberla escuchado.
Se llaman Sick Fits, hacen rock & roll, son canadienses y, pese a eso o por eso, molan.
Sick Fits - Sick Fits
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