miércoles, 14 de octubre de 2015

GALERNA SÓNICA



Nunca me he fiado demasiado de los meteorólogos, en realidad, es algo que nos pasa a muchos gijoneses y asturianos en general, los años de ninguneo, inexplicables errores y demás han hecho germinar un cierto sentimiento de antipatía por los hombres y mujeres del tiempo de los medios nacionales. Eso sí, nadie puede culparles por no predecir de los hechos acaecidos en Gijón el ocho de octubre del presente año.

Sobre las diez de la noche una multitud concentrada en la sala Albéniz miraba hacia un escenario como quien contempla un cielo gris plomizo, se barruntaba tormenta, pero no sabíamos hasta qué punto. Pocos minutos después la descarga comenzó con los Sonic Race, sonaron bien ycumplieron con nota el contenido de ir calentando al personal apoyados en su rock recio y referenciado en clásicos como los Stooges o Dead Boys. Todo un chaparrón de vatios y actitud.

Alrededor de las once y veinte se desató el temporal en todo su esplendor, los cinco miembros de la banda comenzaron atacando con un demoledor "Cinderella" que no fue sino el inicio de una ciclogénesis que, como su propio nombre indica, devendría en un ciclón de proporciones bíblicas. Arreció la descarga con estos setentones desgranando un repertorio impecable ante un público absolutamente entregado, así, joyas como "Dirty Robber", "Boss Hoss" o "Have Love Will Travel" se mezclaban con los temas de su último y convincente álbum, nuevos clásicos como "Bad Betty", You Can't Judge A Book By His Cover" o "Be A Woman" se unían a sus personales interpretaciones de canciones ajenas como "Keep A Knockin'" o "Money", por poner dos ejemplos, y nos presentaban a una banda pletórica a la que el paso del tiempo no parece haber mermado, Rob Lind sigue siendo enorme, tanto de estatura como de carisma y destreza con su saxo, Larry Parypa podría hacer enmudecer a más de un guitar hero mucho más joven, Gerry Roslie dando lecciones de rock& roll al piano y voz y una mucho más que eficaz sección rítmica formada por un bestial Ricky Lynn Johnson a la batería y un Freddie Dennis también solvente a la voz.
Una apocalíptica versión de "Psycho" parecía terminar con aquel huracán garagero, pero lo mejor estaba por llegar, comenzaron un glorioso bis con "I Don't Need No Doctor" y para irse eligieron "Strychnine" y "The Witch", que pusieron la sala patas arriba en un glorioso encore final.

Abandonamos la sala asolados por el ciclón Sonics, toda una descarga de cinco fuerzas de la naturaleza contra las que no nos importaría volver a medirnos.
Será cuando ellos quieran.

The Sonics - The Witch (Gijón 2015)

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