viernes, 30 de junio de 2017

EN ALGÚN LUGAR ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO HAY PUNK ROCK CALIFORNIANO



A veces las equivocaciones dan lugar a cosas interesantes. Hace un par de fines de semana, a esas horas en las que eres incapaz de discernir si son las dos, las tres o las cuatro de la mañana, me hallaba yo a la puerta de un garito fumando y hablando de música con una pareja de amigos cuando el chico, en un cierto estado de confusión etílica, pronunció una frase que creo le acompañará el resto de su vida: El punk rock californiano no existe... Estupor, risas nerviosas, recordar a los Zeros, Joneses o Dead Kennedys... y nada, aquel santo varón y su voz estropajeada por el bourbon erre que erre, que no existe, joder.
Pues bien, ese incidente de noche de sábado me valió para pasar los días siguientes desempolvando Fresh fruit and rotten vegetables de los Kennedys, Keeping up with the Joneses de la banda de Drake y a unos viejos favoritos a los que tenía un tanto abandonados, los geniales Social Distortion.

Mi disco favorito de la banda liderada por Mike Ness es Somewhere between heaven and hell, el segundo. Me parece que ese álbum contiene algunas de las mejores canciones de la banda californiana, a saber, la monumental «Bad luck», «Born to lose», el sabor añejo e influenciado por el rock & roll de los cincuenta de «Bye, bye, baby» o «When she begins», la ferocidad de «King of fools», la etílica «This time darlin'» y el pantanoso final con «Ghost town blues», entre otras, se compendian para dar vida a casi tres cuartos de hora de fiero punk proveniente del que llaman el estado soleado.

O puede que realmente el punk rock californiano no exista y todo eso sea  únicamente un delirio esquizofrénico instalado en mi cerebro.

Social Distortion - Somewhere between heaven and hell

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