sábado, 25 de abril de 2015

HORNS & HALOS




No creo que exista frase más manida en el mundo que aquella que reza que "Los viejos rockeros nunca mueren", cierto es también que si uno atiende a gente como los Stones, Springsteen, Wilko Johnson, etc. el cliché no deja de ser una realidad evidente.
Michael Monroe es un claro candidato a entrar en ese selecto club, a pesar de no gozar de un éxito masivo, el finlandés es capaz aún de pergeñar obras tan sumamente buenas como este disco que apareció en 2.013 (en mi humilde opinión el mejor del año), con Michael inmerso en la cincuentena y afrontando cambios en su banda,el terriblemente talentoso y a la vez terriblemente díscolo Ginger dejó la guitarra de la banda del ex-Hanoi Rocks y fue inmediatamente sustituido por el Backyard Baby Dregen, al lado de estos dos genios se situaron el talentoso guitarrista neoyorquino Steve Conte, el compañero de Michael en los Hanoi, Sami Yaffa al bajo y Kal Rockfist a la batería.

Lo más destacable de "Horns & Halos" es que no parece un disco en solitario, si uno conoce un poco a los ejecutantes de este trabajo y sus influencias puede percibir la mano de cada uno de los integrantes, el pasado de Michael y Sami en Hanoi Rocks asoma en la inicial "TNT Diet", "Hands Are Tied, en la que el vocalista retoma su costumbre de tocar el saxo y el cierre con "Don't Block The Sun". Las influencias neoyorquinas de Steve Conte asoman en la punkarra y festiva "Ballad Of The Lower East Side", la optimista con toques stonianos "Child Of The Revolution" y la hard-rockera "Happy Neverafter", el influjo de Dregen queda patente en piezas como "Saturday Night Special", un ejercicio de high energy rock al estilo sueco, el macarreo Backyard de "Horns & Halos" y la rocanrolera "Half The Way". Por supuesto existen canciones que llevan a lugares comunes de los miembros del grupo como el glam-rock de "Eighteen Angels", el punk más clásico de "Soul Surrender", la melódica pero a la vez llena de intensidad "Staines-Glass Heart" (mi favorita del disco), con una letra sincera y autobiográfica y como nota curiosa nos quedamos con "Ritual", cuyos teclados le dan un aire cercano al rock gótico de bandas como H.I.M (sí, habéis leído bien).

Un muy buen disco, lleno de luz y energía rockera que os recomiendo encarecidamente.

Michael Monroe - Horns & Halos

jueves, 23 de abril de 2015

EL ÁRBOL DE LA CIENCIA



Siempre me he manifestado contrario a que los chicos deban leer algo por obligación, opino que esa imposición puede llegar a crear una cierta animadversión hacia la lectura pero, como no soy partidario de verdades absolutas, también reconozco que el forzar a leer ciertas cosas en el instituto es una manera de asegurarte que los chicos toman contacto con grandes clásicos de la literatura, es más, yo mismo he de reconocer que gracias a las lecturas del instituto tomé contacto con dos de mis novelas favoritas, la primera fue "El Guardián Entre El centeno", leída en 1º de BUP, la otra, lectura obligatoria en 3º, fue "El Árbol De La Ciencia".

"El Árbol De La Ciencia" se publicó en 1.911, Pío Baroja nos muestra una historia cuya acción transcurre entre 1.887 y 1.898, el joven Andrés Hurtado es el protagonista de la novela, que se inicia cuando Andrés inicia sus estudios en la facultad de medicina de Madrid. El libro viene dividido en varias partes, todas ellas unidas a cambios argumentales (a saber, la vida de Hurtado como estudiante, el diálogo filosófico con su tío, el doctor Iturrioz, su estancia como médico en Alcolea y su regreso a Madrid acompañado de su matrimonio con Lulú). El escritor vasco, desde su figura de narrador omnisciente, nos muestra a través de esta historia distintos aspectos ambientales, filosóficos y personales, desde el Madrid de finales del siglo XIX a los pueblos que se enfrentan a problemas como el caciquismo o la falta de preparaciones intelectuales, las diferentes corrientes filosóficas provenientes del norte de Europa, principalmente el idealismo alemán y el pragmatismo británico, las relaciones paterno-filiales, el amor y otros temas que convierten esta magnífica composición en toda una elegía sobre el mundo y las vidas de las personas que moran en él. Eso sí, filtrado por el cedazo existencialista y pesimista de la generación del 98.

Una obra de arte ineludible para los que gocen de la lectura.


viernes, 10 de abril de 2015

WHAT'S OLD, PUSSYCAT?



En mi opinión existen dos momentos claves en la famosa y añorada explosión del glam metal, hair metal, sleazy rock o cómo se quiera llamar a aquella corriente de grupos rockeros de look andrógino que apareció sobre todo en la ciudad de Los Angeles en la década de los ochenta. El primer punto álgido fue el lanzamiento del "Too Fast For Love" de Mötley Crüe en 1981 que significó el pistoletazo de salida para el lanzamiento de esta vertiente musical, el otro fue el "Apetite For Destruction" de Guns N' Roses, que llevó este estilo a un nuevo nivel en cuanto a actitud y sonoridad hasta que, como decía Mickey Rourke en "The Wrestler", llegó ese marica de Cobain y lo jodió todo (cosa con la que no estoy del todo de acuerdo).

Por en medio de los dos momentos anteriormente citados hubo apariciones reseñables de grupos que, sin llegar a los niveles de los previamente aludidos, consiguieron labrarse una carrera a base de discos meritorios y buenos conciertos, bandas como Poison, Cinderella, Company Of Wolves, Rock City Angels, L.A. Guns o nuestros protagonistas de hoy.

Faster Pussycat tomaron su nombre de una película de culto de los sesenta (cabe destacar que el director, Russ Meyer, dirigiría el primer videoclip de la banda) y en 1.987 lanzaron su primer LP, bautizado con el nombre del grupo, con el que consiguieron hacerse un nombre en la escena angelina pese a la enorme competencia existente, y es que, pese a no significar ninguna novedad en aquel mapa musical, "Faster Pussycat" es un disco con buenas canciones  muy bien interpretadas, la vibrante voz de Taime Downe y, sobre todo, el trabajo guitarrístico de Brent Muscat y Gregg Steele compusieron un disco de sonido sucio y barriobajero en el que se incluían temas típicos del sleazy que perfectamente podría haber sido escritos por Nikki Sixx, Bret Michaels o Tracii Guns como la inicial "Don't Change That Song", "Smash Alley" o "Shooting You Down", pero este trabajo también dejaba asomar otras influencias y nos mostraba temas fronterizos con el punk como "Cathouse", rezumando Hanoi Rocks y New York Dolls por todos lados, un medio tiempo absolutamente stoniano, de título "No Room For Emotion", trallazos boogie-rock, "Don't Change That Song" y "Ship Rolls In". Por otra parte, "Babylon", que años más tarde versionarían Backyard Babies, supura espíritu AC/DC (aunque sobra ese scratch de adorno), "City Has No Heart" nos devuelve la influencia de los New York Dolls y  "Bottle In Front Of Me", rítmica y poderosa, cierra el disco de forma contundente.

"Faster Pussycat" no será un trabajo que veáis figurar en ninguna lista especializada, es más, los críticos (es decir, los músicos frustrados) convienen en afirmar que ni siquiera es el mejor disco de la banda, pero a mí siempre me ha parecido uno de esos discos que suenan y huelen sábado por la noche, a Gibson Les Paul, Jack Daniel's, maquillaje y sexo clandestino. Y puede que eso valga más que toda la pericia musical y el sonido limpio del mundo.

Faster Pussycat - Faster Pussycat


martes, 7 de abril de 2015

CABEZAS ADOLESCENTES



Dar un giro de 320º significa volver al sitio donde estabas, digo esto porque nuestros protagonistas de hoy, los inefables Flamin' Groovies, debieron experimentar ese axioma de primera mano cuando se iniciaron en el mundo de la música absorbiendo influencias de la llamada british invasion y alejándose del rock hippie que empezaba a dominar E.E.U.U, para acabar descubriendo que sus idolatrados Stones, al igual que el resto de la oleada llegada de las islas ( Beatles, Kinks, Who, etc.) basaban su música en músicos americanos de rock & roll, rythm & blues o blues, gente como Chuck Berry, Muddy Waters, Jimmy Reed o Robert Johnson. La asunción de esta máxima se hizo patente en "Teenage Head", tercer disco de la banda y, a mi entender, su gran y última obra maestra, Roy Loney abandonó la banda  poco después y, pese a que el grupo lanzó cosas bastante interesantes, nada volvió a ser lo mismo.

"Teenage Head", lanzado en 1971 casi a la par del "Sticky Fingers" de los Rolling Stones es un compendio de la buena música americana lanzada en los cincuenta y sesenta y vista desde el prisma de una nueva generación de músicos. Así, el álbum se abre con "High Flyin' Baby, un tema blues rock guitarrero al que sigue "City Lights", pieza country muy al estilo de las que Gram Parsons inspiraba a los Stones ("Dead Flowers", "Sweet Virginia"), la proximidad a la banda de Richards y Jagger continúa con la rockera versión de Randy Newman "Have You Seen My Baby", de poderoso riff . "Yesterday's Numbers" se acerca al rock de raíces con matices sureños y guitarras blueseras y la poderosa canción que da título al disco recupera el rythm & blues con el salvajismo con el que lo practicaban los Rolling Stones o los Animals en sus primeros días y nos empuja contra el blues pantanoso de "32-20", cover del gran Robert Johnson, uno de los grandes del género, seguimos paseando por el lado salvaje con un rock & roll cincuentero de título "Evil Hearted Ada" en el que la voz de Loney suena como Gene Vincent y que sirve como viaje de ida y vuelta pues el siguiente tema, "Doctor Boogie", nos devuelve al terreno del rythm & blues al estilo de Jimmy Reed con una armónica más que notable. La versión original del disco se cerraba con "Whiskey Woman", una cenagosa y sucia obra de blues rock canalla con un ácido sonido de guitarras que emparentaba con el "Sister Morphine".

Como curiosidad reseñar que en 1.999 se lanzó una reedición del disco que contenía siete temas adicionales, principalmente versiones, la primera era un furioso "Shakin' All Over", original de Johnny Kidd, que aquí suena con una brutalidad que la relaciona con cualquier composición de los MC5. Después llega una versión del "That'll Be The Day" de Buddy Holly, bastante insípida y alejada de la garra del resto del LP. El mal sabor de boca nos lo quita una versión del "Louie Louie" de los Trashmen llena de rock & roll y energía que entronca perfectamente con el "Walkin' The Dog" de Rufus Thomas y una interpretación que posiblemente supere otras revisiones del tema como las de Stones, Roger Daltrey o Aerosmith. Tras "Snatch My Back" de Slim Harpo y "Carol" de Chuck Berry", muy animadas y bastante fieles al original, el disco se cierra con "Goin' Out Theme", una instrumental propia.

Siempre me he preguntado por qué The Flamin' Groovies no han conseguido el reconocimiento que merecían, no en vano, la gran mayoría de gente que los ha escuchado coincide en que eran una de las mejores bandas de su época. Quizá el parecido con los Stones y los bandazos que dio la banda tras la salida de Loney hayan sido la causa. Eso sí, cualquiera que quiera buscar un gran disco de rock & roll en el sentido más amplio de la palabra no debería tener muy lejos este "Teenage Head".

The Flamin' Groovies - Teenage Head