lunes, 11 de enero de 2016

CAMALEÓNICO INFINITO



Para hablar de David Bowie tendría que decir primero dos cosas fundamentales: 1) No soy un auténtico fan suyo. 2) Le considero uno de los mayores genios de la música contemporánea.
El primer dato viene dado por mi culpa y que nadie me malinterprete, Bowie dista mucho de disgustarme adoro sus discos y canciones desde "Hunky Dory" hasta quizá "Heroes", esa época de Bowie, más glam, más rock & roll, más sucia es la más cautivadora para mí y el anteriormente citado "Hunky Dory", "The Rise And Fall Of Ziggy Stardust" y "Diamond Dogs" me parecen tres de los mejores discos de la historia del rock, pero hasta allí llego. Me reitero que la culpa es mía, demasiado orillado en el rock & roll más guitarrero y convencional, los Stones, Faces, New York Dolls, Ramones, Mc5, IggyPop, Clash, Buzzcocks o Steppenwolf copan mi altar pagano en el que no encuentro atractivo alguno para los bandazos habidos en la carrera musical del Duque Blanco, "Scary Monsters" no está mal y sé que su búsqueda de nuevos horizontes se debe a una insaciable necesidad de cambiar artísitica y visualmente, no a estrategias comerciales, incluso reconozco que su proyecto Tin Machine sí llamó algo más mi atención, pero no comparto el interés por los ritmos electrónicos que desarrolló en el nuevo siglo ni el gusto por las canciones pop que provocaron su obra ochentera, bastante prescindible en mi opinión, igual que la de la mayoría de los artistas que habían sido grandes en los setenta, (eso sí, en los ochenta hizo "Dentro Del Laberinto", película que en su tiempo me gustó mucho), incluso sus dos primeros discos no consiguen llamar mi atención más que en alguna canción suelta como "Letter To Hermione, "All The Madmen" o los temas-título.

Cuando digo que Bowie es uno de los mayores genios que ha conocido la música de los últimos cincuenta años no lo digo únicamente por la calidad de sus composiciones, que también, sino por haber destacado en otras facetas, sus performances en escena han sido ejemplos clave para consolidar la figura del frontman, supo rodearse de músicos excelentes como Mick Ronson, Trevor Bolder o Carlos Alomar, por poner tres ejemplos, ejerció de productor y mecenas-protector para otros que compartirían Olimpo con él como Lou Reed o Iggy Pop y su obra infliría por igual en glam, hard rock, punk, new wave, indie, grunge e incluso otros estilos como el synth pop.

Por eso, aunque no sea el mayor fan del mundo de Bowie es justo reconocer su enorme contribución en el  mundo musical y homenajearle sabiendo que el mundo pierde mucho cuando se va una persona de su talento.

Que la tierra le sea leve.

David Bowie - Rebel Rebel


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