viernes, 6 de mayo de 2016

DEMOLITION 23



En 1994 el gran y nunca suficientemente ponderado Michael Monroe acababa de finiquitar un proyecto liderado junto al ínclito Steven Stevens  llamado Jerusalem Slim, de trayectoria discreta y calidad irregular. Tras esta ruptura el bueno de Michael se fue a Nueva York y montó una banda de versiones con el hoy fallecido guitarrista Jay Hening y el batería Jimmy Clark. Tras varios conciertos con un selecto repertorio de covers y la colaboración de invitados ilustres como Sebastian Bach se decidieron a darle una continuidad mayor al proyecto, reclutaron a Sami Yaffa, compañero de Monroe en Hanoi Rocks, como bajista permanente y en unos pocos meses completaron un disco titulado con el nombre de la banda, Demolition 23. El elegido para la producción fue Steve Van Zant, Little Steven, el componente de la E Street Band, encargado de aportar el componente sucio y neoyorquino.

Lo primero que hay que decir de este Demolition 23 es que se sabría de sobra quién es el alma mater del proyecto aunque desconociéramos la identidad de los componentes de la banda, la mezcla de la furia punk, más acentuada en este álbum, con la melodía glam y el desparpajo del rock & roll más callejero nos remite enseguida al finlandés de pelo rubio y figura de maniquí y su voz más grave en los temas más acelerados como «Hammersmith Palais» y mucho más aterciopelada en el melódico medio tiempo «You crucified me», todas ellas con un Hening más que eficiente a la guitarra y una base rítmica muy currada por Sami y Clark, añadiendo además el sonido destartalado y bohemio que precisaba un disco con un componente punk rock tan fuerte como este.

También cabe destacar que junto a temazos como los antes citados o «Dysfuctional» y «Bedtime stories», por poner dos ejemplos, también se incluyen en el disco tres versiones recordando la primera época de la banda, los temas elegidos son «Ain't nothin' to do», de los Dead Boys (no en vano el disco está dedicado a Stiv Bators, líder de los de Cleveland y uno de los mentores de Michael Monroe), «I wanna be loved», del inmortal Johnny Thunders y «Endangered species», de los U.K. Subs. Todo esto convierte a Demolition 23 en un trabajo muy recomendable de rock & roll salvaje y canalla muy recomendable.

La banda no tuvo continuidad más allá de este disco, el panorama rockero estaba totalmente orientado hacia el grunge y esta joya no recibió la atención merecida en su momento, con el tiempo sí se ha hecho cierta justicia con Demolition 23, señalándolo como uno de las aventuras discográficas más interesantes de Michael Monroe...
Y eso es mucho.

Demolition 23 - Demolition23

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