viernes, 19 de enero de 2018

RECUERDOS DE MIERDAVILLA



No entiendo cómo es posible que este disco no haya llegado a ser un clásico... Bueno, entenderlo desde el punto de vista de conocer las razones por las que no llegó a serlo, sí, pero, escuchándolo, uno se horroriza ante la poca trascendencia que ha logrado con el paso del tiempo.
1993 no fue el año más propicio para lanzar un disco que conjugaba el punk, el rock & roll y el power pop con unas letras cachondas y un espíritu en general gamberro y juerguista. En el Reino Unido, país de origen de los autores de esta jodida maravilla, el britpop comenzaba a conquistar el Imperio y el rock de mayor lustre guitarrero venía de la mano de unos Manic Street Preachers para nada interesados en la diversión y sí en la crítica y la llamada a la rebelión. Pese a todo, Ginger, cabeza visible de The Wildhearts, había decidido separarse del rock clásico que tocaba en The Quireboys y del hard rock de The Throbs y optar por darle a su nueva banda (The Wildhearts) un sónido más basado en Ramones, The Skids o Buzcocks y así nacieron trallazos como, por ejemplo, «Caffeine bomb», la ramoniana «Tv tan», el estribillo pop de «Greetings from shitsville» o el descomunal temazo «My baby is a headfuck», un rocanrol punkarra, gracioso y furioso digno de sonar todos los fines de semana en los bares de rock que se precien de serlo.

Es de muchos sabido que la carrera musical de Ginger no se paró en este disco, posteriormente vinieron más obras con los Wildhearts, diferentes proyectos en solitario y colaboraciones con grandes como Nicke Andersson y Michael Monroe, pero siempre es bueno echar la vista atrás y recordar un trabajo maravilloso lleno de calidad y sin culpa de que el gusto musical general discurriera por derroteros menos divertidos.

The Wildhearts-Earth vs. The Wildhearts (Deezer)

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