miércoles, 28 de enero de 2015

POST DATA: TE QUIERO



¿Qué escribiríamos si supiéramos que nos van a fusilar mañana?. ¿Qué mensaje dejaríamos a nuestros seres queridos, al mundo o a la posteridad?. ¿Pesarían más los horrores vividos y el odio hacia el verdugo o la búsqueda de transmitir el amor hacia quienes lean la carta?. Pues precisamente de eso trata"Vivir A Muerte", un libro editado en España a finales del 2009 y cuyo contenido es básicamente una recopilación de las últimas cartas que escribieron los combatientes de la resistencia antifascista, recluidos en campos de concentración en Francia antes de ser fusilados. En estas últimas misivas se pueden advertir las emociones por las que los finados pasaron en sus últimas horas en este mundo y su interrelación con aquellos a los que iban destinados las cartas.
"A las cuatro me van a fusilar. Si supieras lo tranquilo que estoy, mamá querida" escribió un joven francés de diecinueve años antes de enfrentarse a los cañones de los fusiles alemanes, otros intentaban sentar las bases para que sus allegados continuaran con sus vidas sin ellos, "Mi alegría más grande sería que pensaras lo menos posible en mí y que rehagas tu vida", "Me gustaría que le habléis al niño de mí", "Te deseo que encuentres un buen proletario digno de  ti, es duro decir esto porque estoy celoso ante la muerte".
La lectura de este libro, cautivadora, emotiva y aterradora por momentos, se convierte en un repaso de epitafios y testamentos, de hombres enfrentándose a su destino en condiciones mucho más que adversas.
"Vivir A Muerte", aparte de lo anteriormente explicado, constituye también un sentido homenaje a todos aquellos que pagaron el precio de combatir el fanatismo y la sinrazón y cuyas voces, aún hoy en lugares supuestamente democráticos,  algunos aún intentan acallar.
Os dejo con algunas frases del libro que me parecieron impactantes:
"Te ruego que, de vez en cuando, te acuerdes de nuestro amor".
"No quiero venda en los ojos ni que me aten".
"Te escribo de pie, a la luz que pasa a través de mi mirilla".
"Voy hacia la muerte como a una nueva aventura".
"Sé feliz en los brazos de otro".
"Siempre soñé, mira tú por dónde, morir de pie un día que el sol brillase".
"Siempre he tenido tanto, tanto miedo a morir".
"A la tumba, cuando vengáis, traed solo flores rojas".
"Perdonadme las faltas de ortografía".
"Hallaré valor pensando en tu amor, sabes que alguna vez hemos discutido, pero te quería mucho".
"Un último largo, largo beso en los labios".
"Lamento profundamente no haberte hecho feliz".




martes, 27 de enero de 2015

EL RUIDO DEL DESCONTENTO



Uno de los detalles que rodeó a los fastos tras la esperanzadora victoria de Syriza en las elecciones griegas fue la selección musical que desplegó un DJ en la carpa del partido, junto a clásicos antifascistas de siempre como "Bella Ciao" o "Bandiera Rossa" y música de diversos autores griegos sonaron dos clásicos de los Clash, banda favorita del candidato Alexis Tsipras. Es obvio que cuando se alude al rock más combativo y políticamente alineado la banda liderada por Joe Strummer es una referencia incontestable pero, como lo fácil sería desgranar algún disco suyo, hoy voy a tirar por otro lado.

La ciudad de Detroit ha sido historicamente uno de los sitios más conflictivos de E.E.U.U. La llamada "Motor City" ha sido criadero de sindicalistas y múltiples manifestaciones debido a la proliferación de industria, sobre todo automovilística.
Esta furia interna a flor de piel en la ciudad más importante del estado de Michigan también ha tenido su reflejo en la música, la Motown fue pieza clave en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, en los sesenta y setenta bandas de Rock furioso dieron voz al malestar de la población y en los ochenta y noventa el Hip-Hop y el Techno se convirtieron en rabiosas formas de expresión de los ciudadnos de Detroit, incluso hoy mismo que la ciudad está en bancarrota y con su industria y servicios públicosbajo mínimos parece volver a fraguarse una nueva corriente demúsica guitarrera para combatir la desesperanza y la injusticia.
Si uno tuviese que elegir entre tanto pelaje musical un solo disco que realmente dé voz a toda esa rebeldía, malestar y ganas de lucha, sin duda sería nuestro disco clave de hoy, "Kick Out The Jams" de los MC5.

MC5 (siglas de Motor City Five) era un proyecto que contaba en sus filas con los fenomenales guitarristas Fred "Sonic" Smith y Wayne Kramer, a su lado estaban Rob Tyner como vocalista (posiblemente el único blanco al que le quedara bien el pelo afro), Michael Davis en el bajo y Dennis Thompson a la batería, practicaban un Rock & Roll furioso de ritmo frenético que muchos han señalado como germen del Punk e influencia directa de muchas bandas de Metal y en 1969, tras años pateando culos en sus conciertos y habiendo sido portada de la Rolling Stone sin lanzar un solo disco, se asomaron al mundo con un discazo tremendo grabado en directo y con un título que mostraba bien a las claras de qué iba la cosa, "Kick Out The Jams".
El álbum se inicia con una intro en la que Tyner ejerce de predicador para dar paso a una urgente y guitarrera "Ramblin' Rose", al finalizar este vertiginoso inicio Tyner dice "It's Time To Kick Out The Jams, Motherfuckers" y la canción que da título al disco atruena poderosa y desafiante mientras Sid Vicious se limpia los mocos en algún colegio londinense. La descarga continúa con "Come Together", nada que ver con la de los Beatles, Tyner se desgañita ante unas guitarras distorsionadas y la batería de Thompson sonando como el fin del mundo. "Rama Lama Fa Fa Fa", también conocida como "Rocket Reducer" posee un riff muy acentuado y una melodía que te descubren cómo serían The Who si hubieran salido de los barrios bajos de Detroit, "Bordeline" es un impenitente ejercicio de Hard Rock y nos lanzade morros contra la versión de "Motor City Is Burning" del gran John Lee Hooker, los MC5 convierten la obra del genio del Blues en una pieza pesada, sucia y reivindicativa, con Tyner haciendo apología de los francotiradores de los "Panteras Negras". A continuación suena "I Want You Right Now", un medio tiempo entroncado en el Rock imperante en la época con una letra crítica con la guerra de Vietnam y el éxtasis final lo trae "Starship", una canción que pasa de los ocho minutos en la que música y discurso vuelven a darse la mano.

"Kick Out The Jams" fue grabado en una época convulsa. La lucha por los derechos civiles, la guerra fría, la América post-Kennedy, Vietnam y el inicio de la época hippie, con lo que ello suponía para el uso de drogas y sexo, ayudaron a fraguar un disco que incluso estuvo a punto de ser censurado en algunas canciones debido al uso de vocabulario malsonante y a reivindicaciones poco correctassegúnla puritana y conservadora sociedad de la época. En resumen, toda una oda a la rebeldía que no debería pasar desapercibida para nadie.

MC5 - Kick Out The Jams

martes, 20 de enero de 2015

EL MALDITO MALICIOSO



Sonny Vincent es uno de esos grandes que nunca llegará a serlo, el guitarra neoyorquino compartió escena con otros mitos de su ciudad como Ramones, Lou Reed, Johnny Thunders, Television o Richard Hell pero su banda, The Testors, siempre fue considerada como uno de los hermanos pobres del resto de formaciones punk de la ciudad de los rascacielos, tanto que nunca llegaron a grabar un disco como tal, su testimonio se basa en recopilaciones de antiguos masters y actuaciones en directo. Pasada la marejada de decibelios y decadencia en la gran manzana, Sonny inició una carrera en solitario que se inició con el álbum "SVE" en 1982, esta carrera en solitario abarca proyectos como The Extreme, Shotgun Rationale o Model Prisoners y colaboraciones como las de Sterling Morrison, "Moe" Tucker, Clem Burke o Scott Asheton, pero lo cierto es que al bueno de Sonny su prolífica discografía le ha situado siempre en el underground y le ha granjeado el status de émulo de Johnny Thunders, una categoría en la que también se ha incluido a otros guitarristas surgidos del punk como Kevin K o el teutón Jeff Dahl, a mi juicio exageradamente pues, aunque Johnny Thunders haya sido un genio irrepetible y el arquetipo del guitarrista neoyorquino, todos estos guitarras poseen su propia manera de tocar y hacer canciones, aparte del hecho de que compartían escena con él.

A finales del recién finiquitado 2.014 Sonny Vincent sacó a la luz un disco de nuevas canciones con una particularidad, para la composición y grabación de "Spiteful" (Malicioso) Sonny Vincent se embarcó en un proyecto con ilustres del punk como Glen Matlock, bajista original de Sex Pistols, el batería de The Damned, Rat Scabies, y el saxofonista colaborador de los Stooges, Steve Mackay, llamándose Sonny Vincent & Spite. Este disco fue inmediatamente incluido en mi carta a los reyes magos y estos han correspondido, así que ahora obra en mis manos y lo voy a comentar un poco.

"Spiteful" es todo un ejercicio de estilo, suena sucio, infeccioso, punk y la presencia del pasado de los integrantes del grupo se deja notar claramente. Todo comienza con "Sidewalk Cracks", un rock que parece rescatado de los primeros Stooges con un swingueante saxo de Mackay aportando un punto de diversión, le sigue "Wait", punk americano al estilo del "Sonic Reducer" de los Dead Boys. La tercera canción se titula "Bad Superstition", posiblemente la mejor del disco, y se trata de un rock & roll clásico distorsionado en el que el saxofón de Mackay pasa de juguetón a incendiario, "Beg For Love" recuerda al Johnny Thunders más eléctrico y neoyorquino, si este alguna vez hubiera llegado a tocar tan salvajemente como Sonny Vincent. Llegados a este punto cabría matizar que, aunque el proyecto pueda parecer coral, quien lleva la voz cantante (en sentido literal y también figurado) es Sonny, su característico sonido de guitarra impregna cada segundo de música de este disco y se impone a la base rítmica constantemente, como en "Real Hard", una composición hermanada con sus trabajos en Testors y con muchas de sus canciones en solitario a la que sigue "Disinterested", punk rock urgente y ramoniano. Alcanzamos el ecuador del disco y la banda parece tomarse un respiro con "Clouds", una composición lenta con cierto toque amargo y nihilista que por momentos recuerda a Lou Reed, tras este respiro llegan "Macon", ruidosa y superacelerada y "Dog On The Subway", otro ejercicio de punk rock & roll digno del tristemente desaparecido Nick Curran, tras tal subida de adrenalina suena "Not The Same", un medio tiempo con pasajes acústicos y reminiscencias del "Switchblade Summer" que Sonny Vincent editó en 2.008. Vuelve el ritmo acelerado con "Borders", con unos muy buenos coros por parte de Matlock,a la que sigue "Inside The Head", una pieza que destila New York por los cuatro costados, algo así como una Jam-Session entre Cheetah Chrome, Johnny Thunders, Richard Hell y Dee Dee Ramone. "Now That I Have You" vuelve a quitar el pie del acelerador al estilo de "Not The Same" y "DTK" pone fin al disco entre vatios y furia, dejándolo en todo lo alto.

"Spiteful" no será el disco que saque a Sonny Vincent y sus colegas del anonimato para las grandes masas ni servirá para introducir en el rock & roll a las nuevas generaciones pero en estos tiempos de postureo y rock de poses, pantalones pitillo y anuncios de Mahou, resulta gratificante que alguien sea capaz de sacar un disco pervertido y divertido, que recupere valores y nos devuelva a los buenos viejos tiempos.

Sonny Vincent & Spite - Sidewalk Cracks


miércoles, 14 de enero de 2015

BAILANDO POR EL CAMINO DEL RÍO NEGRO



Diamond Dogs son una de mis bandas favoritas, hace unos meses, y así lo expuse en este espacio, la tragedia golpeó a la banda cuando el saxofonista Mats "Magic" Gunnarsson a causa de un desgraciado accidente. Un hecho tan estremecedor, unido a la inmersión del vocalista Sulo en el proyecto The Crunch, nos hizo temer a muchos por la continuidad de este magnífico grupo pero, para nuestro regocijo, la banda ha anunciado en redes sociales que están grabando un nuevo disco. Por eso he decidido que, para celebrarlo, hoy voy a hablar de "Black River Road", el mejor disco de los Perros Diamante según mi opinión.
"Black River Road" es el cuarto disco de estos suecos y quizá el mejor representante del sonido del grupo, el que los consolidó como una de las mejores bandas del Rock & Roll  Revival surgido en la fría Escandinavia. Grabado con los ex-Hellacopters Anders "Boba Fett" Lindstrom y Robert Dahlqvist, actual líder de Thunder Express, a las guitarras, lo cual es un seguro de buena música, Johan Johansson al bajo y Jesper Karlsson a la batería junto a "Magic" Gunnarsson que haría un sensacional trabajo a los metales ayudado por Magnus Jonsson y Cezar Tomazwski y drigiéndolo todo el gran "Sulo" Karlsson, voz y reserva espiritual de la banda, en un estado pletórico, tanto de voz como de composición y destilando actitud y chulería.
Este Lp, publicado en 2004, posee los elementos esenciales de los Dogs, se trata de una composición eminentemente destinada a la diversión y perversión del personal, así, en los casi tres cuartos de horade duración de este trabajo nos encontramos con trallazos de Boogie Rock & Roll en los que parecen resucitar los Faces ("Come Away", "Spare Me The Last Joke", o  "Lift Me Up" ), otros pildorazos más cercanos a Jagger, Richards & Co. ("Gotta Be Gone", "Confirmation" y "New Set Of Wheels"), guiños a otros clásicos rockeros tipo Nazareth ("Autopilot"), algún medio tiempo al estilo del Rod Stewart más juguetón y etílico ("Things You'll Never Ever Wanna Do"), Pop Rock contundente como la canción queda título al disco y guiños a ese amor por el Soul que les llevaría años después a grabar el EP de versiones de Sam Cooke, "Coookin"("Hand On Heart", la balada "Rush For Comfort" o "Stand Up, Speak Louder"), por supuesto, hablamos de un Soul  tamizado al estilo Diamond Dogs que no incide para nada en la intensidad y energía del álbum.
No soy objetivo con esta banda y con este disco, ni puedo ni quiero serlo, y aunque pueda reconocer que no signifiquen nada nuevo ni rompedor, sí he de decir que este "Black River Road" es uno de mis discos predilectos y lo tengo subido a los altares de los grandes evangelios del Rock & Roll.

Diamond Dogs - Black River Road

miércoles, 7 de enero de 2015

GALVESTON



Decía el escritor John Connolly en una entrevista concedida a la prestigiosa revista Ruta 66 que "Treme" y "The Wire", las dos principales series creadas por su amigo David Simon, pese a ser antitéticas argumental e incluso visualmente, compartían una faceta que le parecía capital, ambas hablaban sobre el amor al lugar al que perteneces. Algo parecido ocurre cuando te imbuyes en el universo de Nic Pizzolato, el autor norteamericano sufre una indisimulada predilección por las zonas limítrofes de los estados de Louisiana y Texas anexas al golfo de México, allí donde él creció y donde tiene acción la primera temporada de su espléndida creación "True Detective", zonas como el Lago Charles, la gran cantidad de refinerías proliferante en dicho espacio o las zonas pesqueras del golfo, son fetiche para un autor que ya las había incluido en su primera novela.

Galveston, localidad costera de Texas donde Pizzolatto enraíza a Rust Cohle, el policía magistralmente interpretado por Matthew McConnaughey, sirve de moderna Ítaca a Roy Cody, un matón al servicio de un gangster de poca monta al que las circunstancias ponen en fuga junto a Rocky, una jovencita con problemas. La narración tiene bastante de novela negra, gotas de road movie, viaje interior y mucho de opera prima, el inconfundible estilo de Pizzolatto está aún en bruto, los diálogos a veces no acaban de enganchar, pero la crudeza y esa evolución paulatina de la historia ( que algunos, ¡pobres!, catalogan de aburrida) sin artificios ni forzar brusquedades argumentales, la trama simplemente fluye y te va invitando a sumergirte en ella.

Es obvio que la fuerza visual que posee "True Detective" es imposible de trasladar a la letra escrita, "Galveston" ni siquiera lo pretende, solo es una historia de personajes mínimos y sus relaciones, con defectos, pequeñeces y momentos buenos y malos. Y solo por eso ya es muy recomendable.

viernes, 2 de enero de 2015

LA CASA DE EMPEÑOS DE MR. CLARKE



Gilby Clarke había sido reclutado por Guns N' Roses al inicio de la gira "Use Your Illusion" para sustituir al hastiado Izzy Stradlin a la guitarra  rítmica. El músico de Cleveland, ex líder de las bandas Candy y Kills For Thrills, enseguida se acopló al esquema musical de la banda de Axl y Slash y su entrada significó una transición tranquila para una banda en la que la convulsión estaba al orden del día, la única duda que suscitaba el advenedizo Gilby era si, llegado el momento, sería capaz de llenar el vacío de su antecesor en la faceta compositiva. En 1994, Clarke sometió a a examen su talento como autor en un disco en solitario, primero para él, titulado "Pawn Shop Guitars", para ello se rodeó de la colaboración de sus compañeros de grupo y de otros músicos notables como los reputados guitarras Ryan Roxie o Waddy Watchel y asumió una serie de composiciones que había ido dando forma a través de los años.

El disco se inicia con "Cure Me... Or Kill Me", un ejercicio de Rock sucio y contundente que podría haber encajado sin problema en cualquier disco de los Guns, a continuación llega "Black", una pieza Pop de guitarras afiladas que podría recordar a Enuff Z' Nuff y su principal influencia, los Beatles más tardíos. El Rock & Roll vuelve a aparecer de la mano de "Tijuana Jail", una típica historia de viajes locos, carretera y excesos con un muy buen solo de Slash, de los calabozos fronterizos pasamos a los problemas con el alcohol del propio Gilby en "Skin And Bones", una muy buena obra de Folk-Rock cuya armónica y la combinación de guitarras acústicas la convierten en una de las mejores canciones del LP. "Johanna's Chopper" recupera la tradición norteamericana de dedicar a canciones motos y coches, un Rock crudo con mucho pedal wah-wah, "Let's get Lost" ralentiza el tempo, con ecos de Tom Petty. La canción que da título al disco recuerda a los primeros Kiss, ZZ Top y Aerosmith y abre un paréntesis en el disco, ya que las dos canciones siguientes son versiones. La primera es el "Dead Flowers" de los Stones, mucho más eléctrica que la original y con Gilby y Axl cantando a dúo, un pildorazo de energía. Le sigue una revisión del "Jail Guitar Doors" de los Clash alejada de la garra de los "Magnificient Four", muy plana y que constituye el único lunar del disco.
"Hunting Dogs"es un medio tiempo en el que la influencia de la gira con Guns N' Roses vuelve a quedar patente y, por último, "Shut Up" cierra el disco borrando el mal sabor de boca que dejaba la versión de los Clash, esta canción sí que es un Rock vitamínico que finiquita el disco dejándolo en su punto culmen de adrenalina y energía.

Gilby Clarke e Izzy Stradlin pertenecían a la misma generación y encarnaban el mismo tipo de guitarrista, destetados en los riffs de Keith Richards y Chuck Berry, compositores prolíficos de voz absolutamente nicotinizada y, si me obligan a elegir, personalmente me quedo con Izzy, pero no puedo negar que me hubiera gustado escuchar un álbum de Guns N' Roses con Gilby Clake aportando ideas.

Gilby Clarke - Pawn Shop Guitars