miércoles, 7 de enero de 2015
GALVESTON
Decía el escritor John Connolly en una entrevista concedida a la prestigiosa revista Ruta 66 que "Treme" y "The Wire", las dos principales series creadas por su amigo David Simon, pese a ser antitéticas argumental e incluso visualmente, compartían una faceta que le parecía capital, ambas hablaban sobre el amor al lugar al que perteneces. Algo parecido ocurre cuando te imbuyes en el universo de Nic Pizzolato, el autor norteamericano sufre una indisimulada predilección por las zonas limítrofes de los estados de Louisiana y Texas anexas al golfo de México, allí donde él creció y donde tiene acción la primera temporada de su espléndida creación "True Detective", zonas como el Lago Charles, la gran cantidad de refinerías proliferante en dicho espacio o las zonas pesqueras del golfo, son fetiche para un autor que ya las había incluido en su primera novela.
Galveston, localidad costera de Texas donde Pizzolatto enraíza a Rust Cohle, el policía magistralmente interpretado por Matthew McConnaughey, sirve de moderna Ítaca a Roy Cody, un matón al servicio de un gangster de poca monta al que las circunstancias ponen en fuga junto a Rocky, una jovencita con problemas. La narración tiene bastante de novela negra, gotas de road movie, viaje interior y mucho de opera prima, el inconfundible estilo de Pizzolatto está aún en bruto, los diálogos a veces no acaban de enganchar, pero la crudeza y esa evolución paulatina de la historia ( que algunos, ¡pobres!, catalogan de aburrida) sin artificios ni forzar brusquedades argumentales, la trama simplemente fluye y te va invitando a sumergirte en ella.
Es obvio que la fuerza visual que posee "True Detective" es imposible de trasladar a la letra escrita, "Galveston" ni siquiera lo pretende, solo es una historia de personajes mínimos y sus relaciones, con defectos, pequeñeces y momentos buenos y malos. Y solo por eso ya es muy recomendable.
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