miércoles, 31 de diciembre de 2014

14-14

En el mundo del Rock no suele haber grandes diferencias entre un año y otro, si no se mueve el cotarro por parte de alguno de los grandes clásicos que vuelve a la carga con un disco nuevo acompañado de gira o un hype similar al de Strokes en 2001, un año dentro de la música orientada a guitarras suele significar la aparición de un montón de discos que permanecerán en el olvido del gran público aunque muchos sean una buena prueba de talento y calidad.
He seleccionado catorce de los discos que más me han gustado en este año, sin recopilaciones o directos, y sin seguir ningún orden en concreto.

-STEVE CONTE -THE NYC ALBUM: El ex- Company Of Wolves yex- New York Dolls atacó con un trallazo lleno de Rock stoniano y guitarras neoyorquinas.
Steve Conte - Dark In The Spotlight

-TOM PETTY & THE HEARTBREAKERS - HIPNOTIC EYE: El bueno de Petty y los suyos regresan al ruedo con un disco lleno de guitarras y contundencia.
Tom Petty & The Heartbreakers - U Get Me High

-CRISSIE HYNDE - STOCKHOLM: La alma mater de los Pretenders se estrena en solitario con la energía acostumbrada, esta vez cargada de sutileza Pop.
Chrissie Hynde - Dark Sunglasses

-AC/DC - ROCK OR BUST: ¡¡¡AC/DC!!!. ¿Hace falta decir más?.
AC/DC -Play Ball

-MING CITY ROCKERS - MING CITY ROCKERS: El Punk de los Stooges y el Rock &Roll de Eddie Cochran, todo muy sucio y adrenalínico.
Ming City Rockers - Twist It

-ONE BAD SON - BLACK BUFFALO: Rock americano de toda la vida con toques Hard, reminiscencias de Black Crowes, Buckcherry o ZZ Top.
One Bad Son - Black Buffalo

-LOS ENEMIGOS - VIDA INTELIGENTE: Aunque no hayan facturado su mejor disco, tras más de una década de silencio se echaba de menos su rotundidad vulgar y sincera.
Los Enemigos - Cementerio De Elefantes

-DADDY LONG LEGS - BLOOD FROM A STONE: Tras tres años de silencio discográfico, este dúo volvió a recetarnos un pildorazo de su Blues canalla y sucio.
Daddy Long Legs - Blood From A stone

-CRASH MIDNIGHT - LOST IN THE CITY: 2014 fue el año en el que estos bostonianos enseñaron al mundo su Hard Rock Sleazy que retrotrae al L.A. de mediados de los ochenta.
Crash Midnight - Diamond Boulevard

-SONNY VINCENT & SPITE - SPITEFUL: A finales de noviembre la unión del ex-Testors con miembros de otros grupos de la alcurnia Punk como Sex Pistols, Damned o Stooges fraguó en un disco lleno de electricidad y furia.
Sonny Vincent & Spite - Sidewalk Cracks

-BRAND NEW HATE - HANGOVER & OVER: Los hijos franceses de los New York Dolls animaron el verano con su segundo disco.
Brand New Hate - Sinners & Preachers

-WATTS - FLASH OF WHITE LIGHT: El Rock vitamínico de los Watts también sonó en 2014.
Watts - Flash Of White Light

-YAKUZAS - MATOGROSSO: Los cuatro macarras de Chamberí lanzaron este año un EP que sirvió para consolidarles como una de las bandas de Rock & Roll más sólidas y divertidas del estado español.
Yakuzas - La Calle Es Nuestra

-BENJAMIN BOOKER - BENJAMIN BOOKER: El debut de este interesante músico cierra esta improvisada lista.
Benjamin Booker - Have you Seen My Son?




jueves, 25 de diciembre de 2014

DISTANCE AND FORTUNE



A veces en el Rock & Roll es complicado encontrar tu espacio. Digo esto porque el señor Marc Ford, tras ser expulsado de unos Black Crowes que parieron sus mejores discos con él a la guitarra, inició una carrera discográfica que, la verdad, tiene muy pocas cosas a destacar, eso sí, donde el señor Ford tiene mucho que decir es en el tema de la promoción y producción de artistas. A destacar el debut para una multinacional de Ryan Bingham, hoy muy famoso tras componer la oscarizada "The Weary Kind", de "Crazy Heart", los enormes The Steepwater Band y hoy os voy a presentar un nuevo acierto del guitarra californiano.

En 2011 Jonny Burke era un joven compositor que contaba con un EP en el mercado y un puñado de canciones escritas en el que se juntaban diferencias tan dispares como los Rolling Stones, Whiskeytown o el Rock más americano. El destino cruzó su camino con el de un Marc Ford ilusionado por producirle y el resultado fue un disco que comienza a todo trapo con "Broke Again", un trallazo de Rock stoniano con una voz a medio camino entre Tom Pett y Dan Baird. La influencia de sus satánicas majestades continúa con "Come Stand", con reminiscencias de "Sweet Virginia" o "Dead Flowers" y un excelente piano honky-tonk.
La vertiente country de Burke sale a relucir con "Into The Autumn", pero se trata de un country más actual, muy en la onda de su colega Ryan Bingham. "You Wear  It So Well" rezuma ecos de John Mellencamp, Rock americano de lo más clásico y un estribillo que puede recordar al Bob Dylan más animado. 
Tiempo para una pausa, "Little Girl Of The World" es una balada country-folk  al estilo de la ex-banda del gran Ryan Adams, Whiskeytown, cuatro minutos exactos de ternura que son interrumpidos por la aparición a toda hostia de "Cracka Jack", a medio camino entre el gran Chuck Berry y los Stones más salvajes de "Respectable" o "It's Only Rock And Roll". Con "Don't Let Me fall" vuelve la tranquilidad, una balada country muy standard. "Quinceanera" representaun ejercicio de Folk rugoso anexo a lo que los expertos llaman Americana con Marc Ford estupendo a las guitarras, lo mismo casi se podría decir de "Human Music" que inicia el fin de un disco al que la acústica e intimista "Long Steady Decline".
En fin, que mientras el señor Ford intenta encontrar para sí mismo el groove de los días de vino y rosas con los Black Crowes , este disco es un muy buen objeto de escucha para aquellos que gustan del Rock enraizado en la música tradicional americana. Fresco y recomendable.

martes, 23 de diciembre de 2014

LA VOZ



Como tantos otros de mi generación tuve el primer contacto con Joe Cocker cuando "You Can Leave Your Hat On" sonaba en radios y televisiones hasta la saciedad, en aquella época su éxito con "Ofical y caballero" aún permanecía en el imaginario colectivo y esta nueva banda sonora, junto a nuevos hits como "Unchain My Heart", colocaban al oriundo de Sheffield en el candelero musical. Personalmente, a mí comenzó no diciéndome nada, un preadolescente que se abría al Rock guitarrero no veía interés alguno a un señor con pinta de entrañable que cantaba baladas y similares para bandas sonoras y parecía necesitar una tortilla de juanolas. Afortunadamente el ir madurando (bueno, más o menos) y sumergiéndome en nuevos estilos me ayudó a abrirme a diferentes maneras de vivir e interpretar la música y aprendí a apreciar y a respetar el pasado, descubrí su actuación en Woodstock, que existen discos en directo mejores que "Mad Dogs & Englishmen", pero pocos, y que la mediocre "With A little Help From My Friends" de los Beatles se había convertido en una canción poderosa y brillante bajo su influjo, y el presente de un vocalista sin duda alguna excepcional. Me arrepentí de no haber estado presente en sus dos actuaciones, la de 1989, que sirvió para ir incluyendo Gijón en los mapas de las actuaciones de consagrados  artistas internacionales, y la de 1994, que trajo a Elvis Costello de telonero.
En los últimos tiempos la carrera de Joe Cocker se había instalado en una cierta etapa de complacencia, motivada también por problemas físicos, muchos discos con versiones de otros, eso sí, sin rozar la parodia como Tom Jones, escuchabas esa voz cascada y era capaz de conmoverte en temas de otros como "One", "Never Tear Us Apart", "M;aybe I'm Amazed", "Everybody Hurts" o "First We Take Manhattan", conjugadas con composiciones llenas de Soul que el bueno de Joe domaba de manera elegante y tremendamente efectiva.
Joe Cocker murió ayer víctima de esa lacra que es el cáncer (sí, yo no pienso usar eufemismos). Sinatra consiguió ser conocido como "La Voz", y es que Frank era muy bueno, pero para mí si alguien merece sin duda ese calificativo basándome en el poder de hacer magia con su garganta, ese es Joe Cocker, un hombre al que solo me queda pedir perdón por la ignorancia de aquel imberbe y desearle que la tierra le sea leve.


joe Cocker - With A Little Help From My Friends (Woodstock 1969)

jueves, 18 de diciembre de 2014

COURT ORDER



La primera vez que escuché "Satisfaction" tenía once años, mi primo me había grabado una cinta de los Stones  y aquella guitarra rasgaba el silencio como un desafío años antes de entender su letra y su espíritu de hastío hacia la acomodaticia y bienintencionada sociedad de consumo. Aquellas primeras cassettes grabadas me introdujeron de lleno en el Rock & Roll, me sumergí en el mundo de los Clash, Lou Reed, Ramones, Iggy Pop, Stranglers, Led Zeppelin o Bowie. Esos primeros pasos fueron los que me guiaron por el camino de la buena música orientada a las guitarras eléctricas, los que me transmitieron la pasión por esta vida, sus códigos y sus iconos y, como buen melómano, comprendí el valor de poseer discos originales y ver a las tiendas como santuarios a los que uno iba a alimentar el espíritu. El problema vino cuando el mundo mutó en esto que tenemos ahora y los avances tecnológicos barrieron a las tiendas de discos; es cierto que uno podía acceder a la obra de sus ídolos de formas alternativas pero no es menos cierto en que cuando uno iba a una tienda no solo iba a comprar material original, también estaban aquellos denominados "discos pirata" que no eran sino testimonios sonoros de distintas actuaciones. Esos discos aún existen, incluso hay discográficas especializadas en este tipo de grabaciones.

El caso es que una de estas grabaciones de un momento álgido de las más grandes leyendas del Rock, cayó hace unos meses en mis manos, precisamente gracias a mi primo, y como hoy es el cumpleaños del principal responsable de esa grabación, el gran Keith Richards, hoy vamos a hablar de ella.

En 1977 los Rolling Stones se habían instalado en Toronto para grabar las canciones que darían forma a su LP "Some Girls", Richards, que pasaba por quizá su época más dura en cuanto a adicciones se refiere, viajó más tarde que sus compañeros y, al llegar a la ciudad canadiense, la policía le cazó con una gran cantidad de heroína, cocaína y hachís. Tras pasar un par de noches en los calabozos el guitarrista fue puesto ante un juez y, para eludir la cárcel, alcanzó un acuerdo por el cual debería someterse a  un tratamiento de desintoxicación y además celebrar un concierto benéfico cuyos fondos irían a parar a diferentes asociaciones de lucha contra las drogas.
Recientemente parte de dicho concierto ha sido publicado por Godfather Records y, de nuevo gracias a mi primo, una copia de ese directo obra en mis manos.
El CD se inicia con dos particularidades, a saber, la primera pista es una es la presentación del concierto efectuada por Cliff Lorrimer y el genial John Belushi, por entonces parte significativa del entorno Stone, la segunda es que Richards sale a tocar y cantar "Before You Make Me Run" con The New Barbarians, la banda que montó junto a Ron Wood, los recientemente fallecido a Ian McLagan y Bobby Keys y el propio Cliff Lorrimer, y que tantos ataques de cuernos le dio a Mick Jagger. De hecho, el concierto se dividiría entre ambos grupos. La banda suena muy bien en esta pieza y Richards canta, bueno, canta como tiene que cantar Keith Richards, qué cojones.
En el tercer corte Mick Jagger salta a escena para interpretar "Prodigal Son", del álbum "Beggar's Banquet", a dúo con Keith y su guitarra acústica, el rollo country-blues de la pieza  resulta muy animado y sirve de preparación para que los Stones al completo se lancen con el clásico de Chuck Berry "Let It Rock" y uno se coja el DeLorean para bailar Rock & Roll en el Oshawa Civic Center de Ontario en 1979.
Los Stones no parecen dispuestos a dar tregua a la audiencia y el trallazo proveniente de "Some Girls", "Respectable", aparece para sacudir los culos de la audiencia, le echará una mano la siguiente canción "Star Star (Starfucker)", en la que Mick Jagger está espectacular y demuestra que, por encima de egos y personalidades caprichosas, no es sino uno de los mejores vocalistas de la historia del Rock, las guitarras suenan de muerte y Bobby Keys en el saxo está en su línea, es decir, genial.
Llega el tiempo del relajo y la banda toca "Beast Of Burden", esa cadenciosa e insinuante balada que ha sonado en barras de striptease a lo largo de todo el orbe. La tregua prosigue con el medio tiempo "Just My Imagination" y sus ecos a las colaboraciones de los Stones con Gram Parsons. "When The whips Come Down" pone fin a la tregua y vuelve al macarreo y la canallesca, Rock & Roll abrasivo. "Shattered" continúa en la misma onda y nos sirve de enlace con una larguísima, chulesca y festiva versión de "Miss You", ideal para poner en pie al respetable.
Todo lo bueno tiene un final y los el CD cierra esta parte con "Jumpin' Jack Flash", un nuevo trallazo con una Jam-Session final.
Lo bueno de este "Court Order" no es solo que signifique un veraz testimonio de las andanzas en vivo y en directo de Mick, Keith y los demás en aquella época, como diría Súper Ratón: "Aún hay más" y es que el disco también incluye cinco canciones, todas ellas versiones, grabadas por Keith Richards en un estudio de Toronto.
La primera es una versión del cantante country Merle Haggard, de título "Sing Me back Home", convertida en una bonita balada gracias al piano de Bobby Keys y un Keith cantando con toda la sensibilidad que su nicotinizada voz le permite.
La segunda pieza, "She Still Comes Around", original de Jerry Lee Lewis, se acerca más a la vertiente más country y festiva del primer Rock & Roll.
"Worried Life Blues", el viejo blues del '41 de "Big" Maceo Merriweather, es transformada por "El Riff Humano" en una pieza más moderna al dotarla de la poderosa electricidad de su guitarra.
"Apartment Number 9", de Tammy Wynette, nos devuelve al country, pero esta vez a su vertiente más lenta y triste, con ensoñaciones de amores perdidos y vueltas a empezar.
George Jones estaría orgulloso de que este disco se cerrara con un cover de su "Say It's Not You" donde el espíritu de la música tracional norteamericana vuelve a apoderarse del piano de Bobby Keys y del sentimiento de Richards.

La primera vez que tengo noción de haber visto una foto de Keith Richards tendría unos once años, vi a un tipo delgado enfundado en una cazadora de cuero con una Fender Telecaster en las manos y un anillo con forma de calavera en uno de sus dedos. "Así que este tipo es el que toca esa música que tanto me gusta" pensé "qué tío más guay". Aquel fue el inicio de una historia en el que las canciones de Keith y los Stones ha sido sin duda un elemento clave y en la que, si ha habido un beneficiado, he sido yo, por todas las horas de disfrute y compañía que la música me ha dado.
Gracias por todo, Keef, no te mueras nunca.

The New Barbarians + The Rolling Stones - Toronto 1979 (concierto completo)

miércoles, 17 de diciembre de 2014

YOU'LL NEVER STOP THE SIMPSONS




Recuerdo haber leído en mi preadolescencia varias revistas y periódicos hablando de una serie animada que acaparaba elogios y galardones, los protagonistas en cuestión eran unos muñecos amarillos que formaban una familia, un padre gordo y calvo, una madre con un moño imposible, un mocoso de pelo de punta con pinta de travieso, una niña con pinta de cursi y un bebé.
Varios meses después dicha serie comenzó a emitirse en el estado español, el primer capítulo no era gran cosa, el garrulo incompetente del padre y la fregona parlante de la madre tenían problemas y para solucionarlo se iban de cena y a un motel con ánimo de ayuntar, mientras tanto, los críos, el niño travieso y la repelente empollona junto con el bebé, quedaban a cargo de una niñera que resultaba ser uno de los delincuentes más buscados por el FBI. Aquellos veintipocos minutos no pasarían a los anales de la televisión por su calidad pero sí por ser el inicio de una de las mayores epopeyas de la cultura audiovisual, la serie continuaría con las desventuras de la familia radicada en Springfield con gran éxito de público y crítica.
Mentiría si dijera que "Los Simpson" fue un éxito masivo en España desde su estreno, Canal+ fue la cadena que los estrenó pero, al tratarse de un canal de pago, su impacto fue mínimo. Posteriormente pasaron a la televisión pública, La 2 comenzó emitiéndolos la noche de los martes sobre las once, dándole un tratamiento más de serie de culto que de hype televisivo, y la cosa no terminaba de funcionar, posteriormente lo pasaron para las tardes de la segunda cadena y la aceptación comenzó a repuntar, quizá también motivado porque la segunda temporada era mejor que la primera, pero el verdadero apogeo de la serie vino cuando Antena 3 se hizo con los derechos de retransmisión y la comenzó a emitir en horarios más benevolentes, a las 14:30 y a las 20:30, siendo el primero el horario de mayor calado (¿quién no ha disfrutado del enorme placer de ver "Los Simpson" mientras come?), posteriormente el canal FOX también comenzó a emitir episodios. También es cierto que la cadena del grupo Planeta se encontró con la suerte de que a partir de la temporada tercera, quizá cuarta, la serie experimentó una evolución que sería capital en su despegue definitivo. La coralidad de los argumentos con Bart como principal elemento (no en vano era el reflejo de su creador, Matt Groening) y Homer se convirtió en el referente, el humor pasó a ser más histriónico y adulto y las temáticas más disparatadas  y variadas, con referencias a múltiples temas. Otro factor a considerar es el magnífico uso que se hace de los personajes secundarios.
Últimamente está muy de moda decir que "Los Simpson" como serie han perdido mucho, no estoy del todo de acuerdo, es obvio que las últimas temporadas no parecen albergar capítulos de esos que se instalan en nuestra memoria ni situaciones del tipo "Pa' loca tú, calva", "Sálvame, Superman", "Eran cosas nuestras" o "No volveré a probar la cerveza... ¡Deme diez!", pero no es menos cierto que esta serie sigue mostrando un nivel mucho más alto que la mayoría de los programas actuales de televisión, quizá esa opinión generalizada responda más al hastío del público y a la dificultad para ejecutar al nuevo doblador de Homer.

Hoy se cumplen veinticinco años del estreno de la que, en mi opinión, es la mejor serie de animación de la historia y hubiera sido canallesco no hacer mención de ello en este espacio.
Que sigan al menos otros veinticinco años.

Recopilación Momentazos Simpsons

martes, 16 de diciembre de 2014

SLASH MARAUD



Imaginad un planeta tierra invadido por seres alienígenas, llamados cambiantes, que adoptan una forma peluda y entrañable pero cuya apariencia real es repugnante, imaginad que la raza humana se someta al invasor de forma incontestable y cada vez más vergonzante, siendo rebajados hasta convertirse en meros objetos de diversión sexual, lúdica o gastronómica. Pensad después que los invasores están cambiando el paisaje y las condiciones del planeta para acomodarlo a imagen y semejanza de su mundo. Añadidle que hay un pequeño grupo de rebeldes que, apoyados por un disidente alienígena, tienen la solución para crear un antídoto y echar a los extraterrestres, aquí entraría en juego el protagonista, Slash Maraud, un antiguo guerrillero y guardaespaldas, sucio, violento y solitario que ha llegado a odiar a su raza por haberse convertido en esclavos de los cambiantes pero cuyo desprecio se acentúa si hablamos de los causantes de la ruina de su planeta. Imaginaos ahora que Slash acepta ayudar a ese pequeño grupo de disidentes y buscar al alien traidor, ayudarle con el antídoto y viajar a París, donde deben aplicar ese antídoto a través de la Torre Eiffel.
Lo anteriormente narrado puede parecer un tanto tópico, es cierto, pero la aventura realmente arranca cuando Slash busca un ejército con el que emprender esa tarea y, tras conseguirlo, corre diferentes aventuras en pos de llegar a salvar el planeta. Así vamos conociendo a personajes cercanos al histrión pero magníficamente descritos como Rex Rumble y sus alimañas, Angela y las damazonas, Tommy Gunn y los jeques Congo, Brass taki y los corsarios Zen. A lo largo de la serie también van cobrando fuerza personajes como los generales cambiantes Kargh, fascista y autoritario, y Sarkh, vago, comedor de Doritos y amante de Elvis Presley y Chuck Berry, el grupo de psicópatas conocido como "Familia", el expreso nuloide, los santos patinadores de la Gran Manzana y muchos más.
"Slash Maraud", el cómic creado por el dibujante Paul Gulacy y el guionista Doug Moench, es eminentemente ciencia-ficción, pero también es un homenaje a la cultura occidental de los últimos cincuenta años, con referencias al Rock & Roll más clásico, a cine como "Psicosis", "La Matanza de Texas" o "El Planeta De Los Simios" y un protagonista al cual su dibujante dotade rasgos a lo Clint Eastwood o al Don Johnson de "Miami Vice".
Lo cierto es que esta colección de seis capítulos no tuvo un gran éxito cuando apareció, allá por 1.990, pero puedo asegurar que su lectura es una experiencia muy entretenida y altamente recomendable para mitómanos, por eso en el día de hoy he tratado de hacerle este pequeño homenaje.

viernes, 5 de diciembre de 2014

IZZY STRADLIN & THE JU JU HOUNDS: LA REBELIÓN DEL ÚLTIMO ROMÁNTICO DEL ROCK & ROLL



Aunque en 1992 el ascenso imparable del Grunge y la música alternativa en general era la nota destacada no se debe olvidar el hecho de que la banda hegemónica del Rock eran los Guns N' Roses, que habían lanzado unos pocos meses atrás las dos entregas de "Use Your Illusion" y se habían embarcado en una mastodóntica gira mundial, todo parecía ir viento en popa para la banda de Axl y Slash pero la realidad no era tan idílica. Tras el despido del anterior batería, Steven Adler, que no pudo controlar su adicción a las drogas, otro miembro anunciaba su marcha. El guitarrista rítmico Jeff Issabelle, más conocido por Izzy Stradlin, hacía bueno el dicho de "cuando el dinero entra por la puerta, el amor sale por la ventana" y anunciaba su marcha de la banda californiana declarando estar "enfermo y harto de esta situación", la situación en cuestión era que Izzy no llevaba bien la conversión de la banda que él había fundado y con la que había partido de cero en un gigantesco circo donde los abogados, managers y demás ejecutivos habían entrado a tomar parte y para colmo se veía incapaz de conectar con su viejo amigo de Lafayette, Indiana, un Axl Rose más preocupado por manejar la enorme maquinaria de los Guns que de cualquier otra cosa.
El bueno de Izzy  no se planteó en ningún momento dejar la vida del Rock & Roll, pero necesitaba una vuelta a los orígenes, a la sencillez de una banda tocando y nada más, así que rescató una serie de canciones que había compuesto a lo largo de los años (no olvidemos que era el compositor más prolífico de los Guns) y se decidió a montar una banda para grabarlas. El primero en sumarse al proyecto fue el bajista Jimmy Arhust, viejo amigo de Izzy, que se llevó consigo al batería "Chalo" Quintana, con experiencia en giras de Bob Dylan, para la otra guitarra se invitó a ensayar a Rick Richards, de Georgia Satellites, enseguida se formó una comunión tremenda entre los cuatro músicos y entraron al estudio de inmediato.
El resultado de todo lo antes narrado fue un disco grabado en semanas, de sonido sucio y primario con un montón de primeras tomas, eso sí, con participaciones notables como las del recientemente fallecido Ian McLagan al órgano Hammond, el colaborador de los Stones Nicky Hopkins al piano o Craig Ross a la guitarra.
El disco se inicia con "Somebody Knockin'", un Rock crudo y urgente que muestra las intenciones de Izzy y su banda, The Ju Ju Hounds, de desmarcarse de Guns N' Roses y tirar por el lado más underground y canalla del Rock & Roll, la declaración de intenciones continúa con la revisión del "Pressure Drop" de los jamaicanos Toot And The Maytals, aunque más cercana al cover de The Clash que al reggae original, salvo el guiño final. "Time Gone By", semiacustica, fronteriza y muy Honky Tonk abre paso al gigantesco medio tiempo "Shuffle It All", enorme canción con reminiscencias a los Stones de "Exile On Main Street" y a Lou Reed, una emotiva letra sobre la separación de Izzy de su banda de toda la vida y una conjugación de guitarras con el Hammond de McLagan genial. Una joya. 
"Bucket O' Trouble" nos devuelve al Rock And Roll sin tregua con cierto toque Punk, a continuación llega "Train Tracks", Rock stoniano que perfectamente podrían haber firmado The Black Crowes. Los Stones y más concretamente Keith Richards son una influencia que Izzy nunca ha negado como capital en su modo de entender la música y, tras la pacífica y sureña balada "How Will It Go", vuelven a emular a los más grandes en la riffeante "Cuttin' The Rug" con la voz de Izzy sonando totalmente nicotinizada para parecerse aún más a la de Keef. No abandonamos a la banda de la lengua porque el tema siguiente es "Take A Look At The Guy", un tema del gran Ronnie Wood en el que canta a dúo y toca la guitarra con Stradlin y sus muchachos, que se convierten en su banda de acompañamiento.
 "Come On Now Inside" cierra este LP de forma pausada, con recuerdos de Faces, Gram Parsons y Allman Brothers, coros de Gospel, mandolinas, etc. 
Otra cosa a destacar en este debut de Izzy Stradlin como líder de un proyecto es el hecho de que el ex-Gunner se negó a promocionar este disco de forma masiva, apenas un par de entrevistas en radio y TV y una gira en la que exigió tocar solo en salas y clubes, el Rock de estadios se había acabado (o eso creía él).
En fin, que esta es la historia de cómo una Rockstar abandonó la banda más potente del momento para embarcarse en un proyecto pequeño pero con una calidad enorme, ahora corred y escuchadlo.

jueves, 4 de diciembre de 2014

IAN MCLAGAN: CULTURA ROCK




Los medios de información a veces me indignan sobremanera. No solo por sus contenidos, especialmente desagradables en estos tiempos que corren, ni por su capacidad de servilismo y mansedumbre con ciertos poderes fácticos, que también, pero mis iras esta vez vienen producidas por la nula atención que las secciones de cultura han prestado a la muerte de un personaje en mi opinión de primera importancia para la música contemporánea.
Ian McLagan fue un teclista de gran talento que comenzó su carrera en la élite del Rock en 1966 de la mano de los Small Faces, más tarde, cuando Steve Marriott, lider de la formación, se fue para formar Humble Pie, McLagan y el resto reclutaron a unos jóvenes advenedizos llamados Rod Stewart y Ronnie Wood para dar forma a los Faces, banda capital de gran influencia. Tras la ruptura de Faces Ian se convirtió en un músico reputado cuyas colaboraciones ansiaban los más grandes,así el músico inglés toco o grabó con artistas como (¡ojito a la lista!) The Rolling Stones, Bob Dylan, Bruce Springsteen, Chuck Berry, Melissa Etheridge, Bonnie Raitt, Jackson Browne, Grateful Dead, Izzy Stradlin o The Black Crowes, aparte de formar su propia banda, The Bump Band, con los que giró y grabó siete discos.
En este país y esta sociedad de triunfitos y reguetones quizá la muerte de un teclista de Rock And Roll pase desapercibida, pero yo solo puedo transmitir mi gratitud por toda la buena música que nos transmitió.
Descanse en paz.

Small Faces - Lazy Sunday

The Faces - Stay With Me

The Bump Band - I Will Follow

miércoles, 3 de diciembre de 2014

BOBBY KEYS: EL HOMBRE QUE MECÍA LAS NOTAS AL VIENTO




Una cosa que te sucede cuando te haces mayor es que ves cómo tus ídolos de infancia y adolescencia van desapareciendo de este mundo. A veces se trata de grandes mitos como Lou Reed o Joey Ramone, cuyo protagonismo y notoriedad están fuera de toda duda, otras veces el finado no es una gran estrella, es uno de esos personajes secundarios que ayudan a los más grandes a conseguir sus gestas más relevantes. Bobby Keys era uno de esos.
Keys aprendió a tocar el saxo en su Texas natal, pronto comenzó a entroncar con el Rock & Roll debido a su habilidad para tocar el honkin' sax, así llegó a tocar con The Crickets, el grupo de acompañamiento del malogrado Buddy Holly, a partir de ahí se convirtió en un icono al que lo más granado de la música quería tener en sus grabaciones y directos y llegaron las colaboraciones con Eric Clapton, Joe Cocker o George Harrison, aunque fueron los Rolling Stones quiénes le reclutaron para sus filas en 1.970. La inclusión de Bobby, sumada a la de Mick Taylor, ayudó, según cuenta el mismísimo Keith Richards, a consolidar un sonido stone que había evolucionado del Rythm & Blues y el Rock & Roll primigenio a un Rock más guitarrero y robusto. Bobby Keys enseguida hizo muy buenas migas con el riff humano, habían nacido el mismo día, ambos compartían una visión del Rock & Roll Way Of Life y el gusto por el Jack Daniel's y otras sustancias. Esta afinidad enseguida levantó las suspicacias de esa zorra celosa que es Mick Jagger, siempre pendiente de los excesos de los demás (¡como si él hubiera sido un santo!) y de que la influencia de Richards no creciera por encima de la suya. El saxofonista desplegó su buen hacer en la santísima trinidad de los discos de los Stones ( Let It Bleed, Sticky Fingers y Exile On Main Street) antes de que las insidias de Jagger sobre su azarosa vida y hábitos provocaran su expulsión en 1973, fraguando una de las más grandes discusiones entre cantante y guitarrista. Era obvio que a Bobby Keys no le iba a faltar el trabajo y grandes como Faces, Warren Zevon, Lynyrd Skynyrd, John Lennon, Harry Nilson o Humble Pie adquisieron sus servicios en varias ocasiones, amén de un par de álbumes en solitario, colaboraciones con los proyectos de Keith Richards y alguna colaboración puntual con los Stones sin el visto bueno de Mick Jagger. Posteriormente, en 1982, fue readmitido en la banda de gira de Sus Satánicas Majestades, y así se mantuvo hasta el pasado octubre, cuando tuvo que dejarlo aquejado de la cirrosis que acabó de consumirle ayer mismo.
Sirvan estas líneas como modesto y sentido homenaje a un virtuoso que dedicó su talento a hacer a los grandes aún más grandes.
Que la tierra le sea leve.

The Rolling Stones - Live At Saint Worth (1972)