miércoles, 3 de diciembre de 2014
BOBBY KEYS: EL HOMBRE QUE MECÍA LAS NOTAS AL VIENTO
Una cosa que te sucede cuando te haces mayor es que ves cómo tus ídolos de infancia y adolescencia van desapareciendo de este mundo. A veces se trata de grandes mitos como Lou Reed o Joey Ramone, cuyo protagonismo y notoriedad están fuera de toda duda, otras veces el finado no es una gran estrella, es uno de esos personajes secundarios que ayudan a los más grandes a conseguir sus gestas más relevantes. Bobby Keys era uno de esos.
Keys aprendió a tocar el saxo en su Texas natal, pronto comenzó a entroncar con el Rock & Roll debido a su habilidad para tocar el honkin' sax, así llegó a tocar con The Crickets, el grupo de acompañamiento del malogrado Buddy Holly, a partir de ahí se convirtió en un icono al que lo más granado de la música quería tener en sus grabaciones y directos y llegaron las colaboraciones con Eric Clapton, Joe Cocker o George Harrison, aunque fueron los Rolling Stones quiénes le reclutaron para sus filas en 1.970. La inclusión de Bobby, sumada a la de Mick Taylor, ayudó, según cuenta el mismísimo Keith Richards, a consolidar un sonido stone que había evolucionado del Rythm & Blues y el Rock & Roll primigenio a un Rock más guitarrero y robusto. Bobby Keys enseguida hizo muy buenas migas con el riff humano, habían nacido el mismo día, ambos compartían una visión del Rock & Roll Way Of Life y el gusto por el Jack Daniel's y otras sustancias. Esta afinidad enseguida levantó las suspicacias de esa zorra celosa que es Mick Jagger, siempre pendiente de los excesos de los demás (¡como si él hubiera sido un santo!) y de que la influencia de Richards no creciera por encima de la suya. El saxofonista desplegó su buen hacer en la santísima trinidad de los discos de los Stones ( Let It Bleed, Sticky Fingers y Exile On Main Street) antes de que las insidias de Jagger sobre su azarosa vida y hábitos provocaran su expulsión en 1973, fraguando una de las más grandes discusiones entre cantante y guitarrista. Era obvio que a Bobby Keys no le iba a faltar el trabajo y grandes como Faces, Warren Zevon, Lynyrd Skynyrd, John Lennon, Harry Nilson o Humble Pie adquisieron sus servicios en varias ocasiones, amén de un par de álbumes en solitario, colaboraciones con los proyectos de Keith Richards y alguna colaboración puntual con los Stones sin el visto bueno de Mick Jagger. Posteriormente, en 1982, fue readmitido en la banda de gira de Sus Satánicas Majestades, y así se mantuvo hasta el pasado octubre, cuando tuvo que dejarlo aquejado de la cirrosis que acabó de consumirle ayer mismo.
Sirvan estas líneas como modesto y sentido homenaje a un virtuoso que dedicó su talento a hacer a los grandes aún más grandes.
Que la tierra le sea leve.
The Rolling Stones - Live At Saint Worth (1972)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario