Johnny Burning debería ser patrimonio de la humanidad. No sólo por ser la personificación viva del Rock and roll español, no, sino también por ser capaz de resurgir de sus cenizas como un ave fénix cubierto de electricidad cada vez que la suerte en cualquiera de sus facetas le daba la espalda y Burning parecían condenados a desparecer.
Tras una época en la que la banda madrileña parecía hallarse en un estado de hibernación jalonado por puntuales salidas a dar unos pocos conciertos, el señor Cifuentes se decidió a tomar el toro por los cuernos y sacar a Burning de su letargo, así las cosas, varios frentes se le abrían por delante, ¿tirar sólo de clásicos, salir de gira y apelar a la nostalgia ahora que los ochenta, la EGB y demás está de moda?. ¿Sangrar a algún compositor de talento y apropiarse de sus ideas?. ¿Colaborar con Dani Martín o semejantes e intentar captar al público joven?. La primera solución fue unirse al ex-Pereza que aparece en un anuncio de cerveza y preparar un buen número de canciones que al final quedarían en el olvido debido a un desacuerdo entre ambos, la unión entre una leyenda del Rock and Roll y un advenedizo posturero funcionó entre Mick Jagger y Lenny Kravitz, pero sólo en ese caso, así que Johnny volvió a su buen y viejo Rock y el ex-compañero de Rubén Pozo al pop adolescente. Johnny, quién sabe si espoleado por esta ruptura, se decidió a parir un nuevo disco de Burning contra viento y marea y así compuso y produjo “Pura sangre”, un disco de un nivel muy alto que recupera fiereza guitarrera y ecos de lo más clásico del repertorio blues-rockero patrio y, por supuesto, este disco exigía a voces una gira, y esta gira les trajo el sábado a Gijón.
Lo primero a resaltar era la edad de la afluencia a la sala Acapulco, los más jóvenes rozaban la treintena, es muy obvio que la juventud española ha dado la espalda al rock, el hip-hop, el reggaetón o el pop mojabragas han contado con el auspicio de los grandes medios y las nuevas generaciones, más acomodaticias, han dado su parabién a estas músicas. Todo esto careció de importancia cuando la banda apareció como un obús descargando la urgencia de “Tú te lo llevas todo” y haciendo saltar a cuántos allí nos habíamos convocado, así comenzó una primera parte de concierto en las que los temas del nuevo disco como la electricidad rosarina de “Willie Dixon” o la sensibilidad country de “Águilas” se casaban con algunos temas clásicos como “Rock and Roll Mama”, “Desde el pantano” o “Es decisión” y alguna sorpresa como “Follastars”, la versión del “Star, star” que Johnny interpretó junto a los Smoking Stones en el disco dedicado al 50 aniversario de los más grandes. Un Johnny pletórico de físico y voz ejerció de maestro de ceremonias adosado a una banda que tocó de forma irreprochable, Carlos y Kacho formaron una base rítmica sólida ymuy eficiente en la que se apoyaron las dos guitarras que estuvieron sencillamente geniales, la inclusión de Nico para sustituir a un Pitu que aportaba imagen y poco más ha sido un acierto, el de La Frontera supera de largo como guitarrista al rubio que se fue a posturear en el grupo del hermano de Juancho Sidecars, el hábitat lógico para él. Mención aparte merece Edu Pinilla, la pérdida de Pepe Risi fue irreparable y como guitarra es insustituible, pero dentro de la huida hacia adelante que decidió Johnny cuando su compañero murió, Pinilla es el guitarra solista de Burning por mérito propio. Todos ellos se hicieron acreedores de cada aplauso que les brindó la parroquia.
Tras la anteriormente citada “Águilas” el concierto viró hacia la parte más clásica del repertorio de los Burning, un Johnny vociferando “Tú no sabes quién soy” nos advirtió que Jim Dinamita había entrado en la sala, no tardaría en unírsele Jack Gasolina. Uno a uno fueron cayendo ineludibles como “Qué hace una chica como tú..”, “Huracán” y “No es extraño...” hasta alcanzar el encore con un “Esto es un atraco” bestial que hizo bailar y cantar de buena gana al respetable, después pausa y un bis compuesto por “Mueve tus caderas”, “Nena” y un “Una noche sin ti” que puso la nota sentimental, un sentido recuerdo a Risi y Toño flotaba en el ambiente.
Casi dos horas después el público abandonó la sala con una sonrisa en los labios y la conclusión de que, mientras a Johnny Burning le queden energías, todas las canciones que vaticinan la muerte del Rock and Roll se equivocarán.
https://www.youtube.com/watch?v=q65rn6gaxRA
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