lunes, 15 de septiembre de 2014

SLASH: IT'S (NOT) SO EASY



He de reconocer una cosa, la carrera de Slash tras abandonar Guns N' Roses no termina de convencerme, creo sinceramente que Izzy Stradlin, Duff McKagan y Gilby Clarke le han superado componiendo canciones y sacando discos y que el de Stoke-On-Trent les ha batido en popularidad gracias a su particular imagen que le da un carisma superior al de sus ex-compañeros de banda y también a su indiscutible destreza con la guitarra, asimismo, proyectos como el de Neurotic Outsiders, con Duff y Matt Sorum junto a Steve Jones de los Sex Pistols también me han resultado más interesantes que Velvet Revolver. Pero no todo va a ser darle palos al guitarrista de la chistera, retrotraigámonos a su primera aventura fuera de GN'R con los Slash's Snakepit, el primer disco es un muy buen trabajo de rock con temazos como "Dime Store Rock", "I Hate Everybody (But You)", "Beggars & Hangers On" o "Be The Ball" y un cantante fuera de serie, un enorme Eric Dover. En este primer disco es donde se esconde, en mi opinión, el gran problema del músico inglés. Él mismo ha declarado muchas veces ser una persona extremadamente tímida y con problemas de comunicación con los demás y no llevar bien la fama o el liderazgo, por eso se le da tan bien colaborar en discos de otros aunque esas colaboraciones sean tan irrisorias como las de Marta Sánchez, Paulina Rubio o Rihanna, y este disco creo que puede ser una buena prueba de ello, aunque "It's Five O'Clock Somewhere" lleve su nombre, en la realización de un disco que por entonces se consideraba un mero divertimento pues los Gunners seguían juntos estaba pertrechado por Gilby y Sorum, compañeros de banda, Mike Inez, el bajista de unos por entonces ya conocidísimos Alice In Chains y el productor habitual de Guns, Mike Clink, y todo fue como la seda. El problema vino con el segundo disco, "Ain't Life Grand", en el que nuestro protagonista de hoy tuvo que volar solo tras la separación de Guns N' Roses y sus compañeros metidos en sus propios proyectos tuvo que liderar una banda que produjo un LP muy inferior al anterior, y eso pese a que tenía en sus filas a un segundo guitarra tan experimentado y contrastado como el ex-Alice Cooper y actual líder de Casablanca Ryan Roxie y que el cantante Rod Jackson era muy bueno aunque no llegara a los niveles de Axl Rose o Eric Dover. Solo temas como "Been There Lately" salvaban un poco el disco. Así, Slash aparcó a los Snakepit y se embarcó en Blues' Ball, un proyecto de versiones de Blues orientado sobre todo a tocar en festivales que vuelve a dar buen resultado, seguramente por tratarse de un proyecto mucho más modesto.
Unos años después Slash se reencuentra con Duff y Matt y de allí nace Velvet Revolver, la megabanda que cuenta, aparte de con los tres ex-Gunners, con el guitarra Dave Kushner y el ex-vocalista de Stone Temple Pilots, un Slash liberado de la composición, faceta en la que más falla, vuelve a la figura de guitarra ejecutante. Personalmente nunca me acabó de convencer Velvet Revolver, creo que nunca fue una verdadera banda sino una selección de músicos famosos que se juntaron con la seguridad de que tendrán una relevancia enorme dada su popularidad, pero al final su mezcla de Rock con toques Grunge me parecía insulsa y carente de emoción y de interés y no me extrañó que la banda experimentara problemas de egos y se disolviera tras dos discos.
Un Slash nuevamente solo, retirado de la parte más lúdica de la vida de Rockstar debido a problemas de salud toma de nuevo un puñado de canciones y en una jugada muy hábil, aunque muy manida también, se decide a sacar al mercado un nuevo disco titulado "Slash" y vuelve a eludir ser la atracción principal invitando a famosos vocalistas a colaborar en el disco, así, gente como Dave Grohl, Iggy Pop, Alice Cooper o Ian Astbury cantan las canciones de Slash dándoles un toque de calidad, lo malo es que en ese disco también interviene Miles Kennedy, ex-cantante y guitarrista de Alter Bridge, un gangoso músico pseudoalternativo surgido a finales de los noventa y principios de siglo de una aburridísima escena que se dedicaban a intentar ser unos Pearl Jam oscuros con irrisorio resultado. Slash se decide por el bostoniano para que sea el nuevo cantante de su grupo, Slash & Miles Kennedy & The Conspirators, en un nuevo intento del guitarrista de eludir el papel protagonista, y Kennedy vampiriza a Slash copando protagonismo en la realización de los dos discos que han hecho juntos, dos discos que ni siquiera la buena labor guitarrística de nuestro protagonista de hoy puede salvar. "Apocalyptic Love" y "World On Fire" son dos discos hechos a la medida de Kennedy, y cuando se hacen las cosas a la medida de un mediocre los resultados son mediocres. Dos trabajos más cercanos a Avenged Sevenfold que a Guns N' Roses, Hard Rock fronterizo con el Heavy Metal modernillo sin ningún tipo de diferencia con lo scientos de bandas que surgen cada año, miméticas e igual de aburridas. Y prefiero no hablar de la patética labor de Kennedy en el concierto de inclusión de Guns N' Roses en el Rock And Roll Hall Of Fame porque me pongo como una moto.
Como miembro original de Guns N' Roses, una banda clave para mí, le guardo gran cariño a Slash y le deseo que algún día sea capaz de volver a tener colaboradores a la altura que él merece y vuelva a ilusionarnos con su proyectos. Le estaremos esperando.

Slash's Snakepit - Good to Be Alive

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