martes, 21 de octubre de 2014

I'M NOT GONNA GO YOUR WAY



Lenny Kravitz nunca ha tenido los favores del público más netamente rockero, no se ve a auténticos amantes del Rock comprando sus discos, poniéndose sus camisetas o pinchando su música en bares rockeros de verdad. Los contundentes riffs de alguno de sus temas y sus colaboraciones con Guns N' Roses, alguno de sus miembros en solitario o su incursión en el disco de homenaje a Kiss han pesado mucho menos que factores como que la mayoría de sus discos más contundentes no pasen de ser una burda imitación del gran Jimi Hendrix, que sus baladas sean un tanto edulcoradas o sus incursiones en la prensa del corazón. El músico de color decidió hace un par de discos alejarse de ese Rock setentero que había practicado en discos como "Are You Gonna Go My Way" o "Mama Said" para ir acercándose más al Funk y el Soul y el resultado ha sido parecido, éxito masivo entre el público más convencional y recelo entre los fans del estilo.
Este "Strut" continúa la onda de sus dos discos anteriores, menos Hendrix y más acercarse a músicos como Chic, Prince u Otis Redding en el mejor de los casos y a Pharrell Williams en el peor.
El disco podría diferenciarse claramente en tres partes, a saber, la primera sería la parte Funk, que se inicia con "Sex", una composición que recuerda al Prince de"Alphabet Street", continuaría con el single "The Chamber", en la que Kravitz se decide a cantar como Seal con funestos resultados al intentar alcanzar las notas más altas, la cuarta canción, "New York City" evoca a Chic y aporta un poco más de elegancia que sus compañeras de subgrupo, cierran este resumen "Strut", que vuelve a las influencias Prince, y "Frankenstein", que serviría de enlace con el siguiente bloque, ya que las guitarras Funk se unen a un coro de Gospel y a cierto toque Soul, aunque aún peor resulta el tema que cierra el álbum, "Can't Stop Thinking Of You", Una suerte de mezcla Funk R&B que parece salida del catálogo del latoso y abominable Pharrel Williams. El Soul acapara la segunda subdivisión de "Strut", en forma de baladas como "The Pleasure And The Pain", "I Never Want To Let You Down" o "Ooooh, Baby, Baby", intentos frustrados de emular a Otis Redding, . El tercer bloque sería aquel en el que las canciones toman cuerpo de Rock y recuerdan al Lenny Kravitz de los primeros años, "Dirty White Boots" nos presenta un riff muy básico sobre un medio tiempo, "She's A Beast" es una balada muy Kravitz, hermanada con antiguas composiciones lentas como "Let Love Rule" o "Can't Get You Out Of My Mind", "I'm A Believer" es una divertida canción Pop-Rock y "Sweet Gritchey Rose" retoma el gusto de Lenny por mimetizarse con Jimi Hendrix, esta canción podría haber estado incluida perfectamente en "Are You Gonna Go My Way".
Como dato positivo hay que alabar la producción de Kravitz, mucho más que aceptable y que acerca las canciones a sus influencias más de lo que lo hace su voz.
En unos años en los que han aparecido artistas como Curtis Harding o Benjamin Booker, que sí consiguen hacer muy buenos discos conjugando el  Rock con la música negra, Lenny debería darse cuenta que lo suyo no es ser un músico de estilo sino un creador de hit singles, y a eso debería dedicarse.

Lenny Kravitz - I'm A Believer

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