lunes, 28 de julio de 2014

LA SESIÓN DE HIPNOSIS DE LOS ROMPECORAZONES

Seamos ecuánimes, el mejor disco de Tom Petty es "Damn The Torpedoes" y de eso ya hace veinticinco años, el rubio cantante ha pasado todo este tiempo conjugando momentos de auténtico delirio musical con composiciones absolutamente prescindibles que podrían haberse quedado en el cajón del olvido para siempre y nadie hubiera echado de menos. "Hipnotic Eye" no llega a alcanzar esos momentos de lustre rockero enclavados mayormente en sus tres primeros discos, más que nada porque el de Florida ya cuenta con 64 años y, al igual que otros ilustres como los Stones, Springsteen, Dylan o Aerosmith alcanzó su cénit de inspiración hace bastante tiempo, pero dista mucho de ser la peor obra de su carrera.
Este último trabajo comienza hermanado con su anterior disco "Mojo", de corte más bluesero, por "American Dream Plan B", poseedor de unas guitarras gruesas que te retrotraen a ese blues-rock americano de mediados de los setenta, este inicio es solo un espejismo, lo que este disco contiene sobre todo son canciones rockeras con el genuino sello de Tom y sus Heartbreakers y la segunda canción, "Fault Lines", vitalista y juguetona da buena muestra de ello, le sigue un "Red River" con un genial y sinuoso fraseo de guitarra que podría perfectamente compartir álbum con temas como "Don't Do Me Like That" o "Refugee". La cuarta canción, de título "Full Grown Boy", supone un pequeño descanso en la intensidad de este LP, lenta y con aires de canción de night-club .
"All You Can Carry" nos devuelve al Rock And Roll de un empujón, posiblemente la mejor canción, este tema guitarrero con sabor a carretera polvorienta es de esas composiciones que te incitan cuando la escuchas por primera vez a llevar puestas tus gafas de sol y pisar el acelerador del coche, un poco en esa onda va el siguiente corte, "Power Drunk", un tema que perfectamente podrían haber firmado los ZZ Top, el movido "Forgotten Man" culmina el trío con un solo hiperrockero y una muy buena mezcla entre acústica y eléctrica. Después es tiempo de otro receso, "Sins Of My Youth" seguramente sea la canción menos buena del álbum y encima baja el subidón de los temas anteriores pero, afortunadamente, es solo un momento porque el riff de "U Get Me High" nos devuelve a la crudeza de las guitarras y nos lanza de cara contra "Burnt Out Town", un blues muy clásico, heredero de la tradición americana, mucha armónica y mucha guitarra. El disco se cierra con el medio tiempo "Shadow People", quizá excesivamente largo pero con las guitarras y el órgano Hammond funcionando de nuevo como un reloj.
Lo nuevo de Tom Petty And The Heartbreakers no cambiará la vida de nadie, pero es un ejercicio de competencia, interpretaciones de nivel y savoir faire, un disco para evadirte y disfrutar pensando aquello de "Even the losers get lucky sometimes".



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